Spinoza : teología y política
Afirmaba Henri Bergson que en todo filósofo había dos filosofías, la de Spinoza más la suya propia; era tal la importancia que él otorgaba al autor de la << Ética>>. No cabe duda de que el pulidor de lentes influyó , tras escandalizar a muchos de sus contemporáneos, en el devenir de la filosofía hasta hoy. No hace falta más que nombrar a Antonio Negri, Gilles Deleuze, Paolo Virno, o por la senda abierta por Althusser: a Frédéric London, Pierre Macherey o Etienne Balibar… para cerciorarse de lo que afirmo.
La vida del filósofo se vio acosada por todas las esquinas tanto religiosas ( excomunión de la comunidad judía; acusaciones de ateísmo), como políticas, ya que su apuesta iba por el lado del partido de la libertad, lo cual le supuso que un descerebrado atentase, con una navaja, contra él( un magnífico acercamiento al libro, TTP, hace referencia al hecho: << Le manteau de Spinoza>> de Ivan Segré ( La fabrique, 2014). Todo ello no le facilitaba las cosas de cara a poder publicar sus obras, que en no pocas ocasiones fueron publicadas bajo una autoría o bien supuesta o bien anónima.
El libro que traigo a esta página y que acaba de publicar la editorial navarra , en su necesaria colección << Los ilustrados >>, es un verdadero manifiesto por una filosofía de la liberación : << Tratado teológico-político >>. La traducción resulta acertada a todas luces por su actualizado uso del idioma ( sin desmerecer las anteriores de Tecnos, Sígueme o Alianza). El pensador guiado por su máxima de ni llorar, ni reír , ni aplaudir, sólo conocer (nec ridere, nec iugere neque detestari, sed intelligere ) , intentaba poner en pie una geometría de las pasiones del cuerpo social, en paralelo a lo que ya había abordado en el campo de la ética; la lección del tratado es conforme a la de la Ética: las normas de la conducta justa son demostrables con anterioridad al descubrimiento de la eternidad del alma humana. La pregunta clave a la que trataría de responde su tratado sería la de ¿ qué hacer con la multitud? ( concepto que opuesto al de pueblo surayado por Hobbes, ha servido de inspiración a los nombrados Negri o Virno, embarcados en elaborar una <<gramática de la multitud>>) Para ello se sumergió en una lectura desacralizada, materialista, de la Biblia con el fin de deslindar los campos de la política y los de la teología, y balizando la importancia del miedo en el mantenimiento de la superstición, situación que no hace sino crear sentimientos e instituciones negativas como el odio, el fraude y la tiranía. Esto último es propiciado por los sacerdotes, guiados por << un apetito desmedido por ejercer tales funciones…que ha prendido en los corazones más malvados, el amor de propagar la fe en Dios ha cedido el lugar a una ambición y a una avidez sórdida>>. Frente a tal estado de cosas, la apuesta spinozista es la de confiar en la << luz natural>>.
La fragilidad de los hombres-se dice desde el prefacio de la obra- les hace balancearse entre el temor y la esperanza, y como complemento entre la credulidad y la superstición…Surgen de este modo ciertos delirios de la imaginación y el problema se ha de solucionar con un gobierno que tome la razón como guía( << la puta del diablo>> que decía Lutero), y en este orden de cosas la reivindicación de Spinoza irá por el camino republicano evitando la monarquía y la tiranía que se dejan conducir por la imaginación bajo sus diferentes formas, que en el fondo no es más que aprovechar el nombre de la religión para provocar el miedo ( monarquía) , lo que puede desembocar en la tiranía, pues ya que no se puede complacer a todos, un príncipe se ve empujado con facilidad a la utilización de medidas arbitrarias y coercitivas, ante cualquier veleidad de rebelión. << Mi convicción profunda reside en que la Escritura deja a la razón toda la libertad y esta no tiene nada en común con la filosofía: sino que tanto la una como la otra se mantiene cada una en su terreno>>; así pues para él la libertad de filosofar no puede ser entorpecida sin atentar contra la piedad y la misma república.
No es extraño que con semejantes posicionamientos la obra se publicase, en 1670, sin constar el nombre del autor…casi al tiempo que su protector, Jean de Witt fuese asesinado y que el filósofo desesperado considerase a los habitantes de La Haya como << los últimos bárbaros>>.