Argentina. Víctor Fernández Palmeiro: El “Che” Gallego

Alias “dedo”,” el Gallego”, Fernández Palmeiro un mito revolucionario de los años 70 en la Argentina.

Víctor Fernández Palmeiro nació en octubre de 1945, en As Pozas (Prada), dentro del ayuntamiento de A Veiga, en la provincia de Orense.

Su padre era Guardia Civil de profesión y su madre Elvira era ama de casa. Elvira había nacido en Argentina, era hija de gallegos que habían retornado posteriormente a su Galicia natal.

Sus padres deciden en los años cincuenta emigrar a la Argentina. Allí Elvira tenía a su padre Jesús, quién les envió una carta de reclamo con una oferta de trabajo. La España de Franco seguía atravesando una fuerte recesión económica que se traducía en una miseria generalizada. Argentina estaba gobernada por el General Juan Domingo Perón, un militar nacionalista que intentaba realizar reformas sociales muy avanzadas por aquellos años. Con los pocos ahorros que tenían pusieron dos pequeños hoteles en la zona del Once. Uno se llamaba “El Alba” y quedaba en la calle Pasteur y Azcuenaga, y el otro, el “Monteagudo” en la calle Juncal y Azcuenaga. Su madre Elvira falleció muy joven, víctima de una leucemia. Tenía 33 años. Este hecho fue muy traumático para los dos hermanos adolescentes Fernández Palmeiro. El padre se vió abocado a atender los pequeños hoteles que hospedaban viajantes atentes del rural. La relación de ambos hermanos con su padre no era del todo buena. Su pasado como guardia civil le mantenía en ideas franquistas y Víctor y Gonzalo comenzaban a definirse por los ideales de la izquierda. A los 15 años, Víctor era un “pibe” muy responsable, le gustaba el futbol y era hincha del San Lorenzo de Almagro. Sus inquietudes políticas lo llevaron a estudiar en la Facultad de Sociales. Ingresó en la Federación Juvenil Comunista. Fue obrero metalúrgico y de la carne. Participó de la constitución del Partido Comunista Revolucionario y posteriormente se integró al Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), organización en la que llegó a ser miembro de la dirección militar. Era una época de grandes movilizaciones estudiantiles. Desde el principio “el gallego” aparece a la cabeza de ellas. Ir siempre “al frente” era una actitud que lo acompañaría toda su vida. Estuvo en el Partido Comunista hasta el año 1967. Trabajaba como obrero del metal y de la carne en la zona de Parque Patricios. Ya por estos prontos años Víctor se mostraba como un activo defensor de las libertades, lo que le valió una docena de detenciones, una de ellas por tirar al agua en la Costanera a un comisario que reprimía un acto en el Aeroparque.

Dirigió varias acciones armadas, entre ellas la toma del Cuartel de Gonet. En septiembre de 1971 es detenido por el intento de secuestro del Tte. Gral. Julio Alsogaray y enviado al Penal de Villa Devoto. Fue notoria la manera en que logró fugarse, en febrero de 1972, cambiando de lugar con su hermano, Gonzalo Fernández Palmeiro, tras una visita de contacto a la cual este último pudo acceder haciéndose pasar por su abogado.

“Gonzalo entró como abogado. Estaban los dos vestidos idénticos, pantalón beige y camisa blanca. Gonzalo llegó a una sala chica, había una mesa con dos sillas, se sacó el saco, lo colgó en una silla y cuando llegó “El Gallego” se saludaron, se abrazaron y ya se sentaron al revés. Cuando “El Gallego” se estaba yendo, volvió y saludó a uno del Servicio Penitenciario porque no podía creer que ya estuviera casi en la calle. Salió caminando, llegó a la esquina; en el bar de la esquina había un compañero esperándolo, salieron los dos caminando, a la vuelta tenían un coche y se fueron”

Gonzalo Fernández Palmeiro fue procesado por complicidad en la fuga. Luego de ser sobreseído por la justicia permaneció detenido a disposición del PEN hasta el 11 de marzo de 1973, fecha en la que es liberado por el levantamiento temporario del estado de sitio.

Mientras estaba prófugo, Víctor Fernández Palmeiro participó en la preparación de la fuga del penal de Rawson. Fue uno de los encargados de tomar el avión en el que escaparon los seis miembros de distintas organizaciones que lograron fugarse del penal.

Fernández Palmeiro viaja en el avión que escapa del aeropuerto de Trelew y se dirige a Santiago de Chile. Luego de pasar por Cuba, regresó al país (vía Praga y España) junto a Alejandro Ferreyra en enero de 1973 y se integró a la conducción de la fracción “ERP 22 de Agosto” como responsable militar de la misma. Según declaraciones de Vicente Zito Lema, en 1973, el gallego dijo: “Por fín voy a votar con el pueblo. La gente estaba del lado de Cámpora; el pueblo, es decir la señora, la gorda, la de acá a la vuelta, la del kiosco. El pueblo real, no el pueblo metafórico, de la biblioteca (…). Estaba convencido de que el gobierno de Cámpora podía tener opciones de cambio real, que había que acompañarlo, no dejar que se desviara, estar alertas”.

Estaba obsesionado con vengar la masacre de Trelew, en la que habían sido asesinados 16 personas bajo la dictadura del General Alejandro Lanusse en Chile. Participó en el ajusticiamiento del vicealmirante Hermes Quijada, uno de los responsables del fusilamiento de los 16 presos políticos en “la Masacre de Trelew”. El 30 de abril de 1973, Fernández Palmeiro logró matar a Quijada pero fue herido de muerte por el custodio privado del militar

El Vicealmirante Hermes Quijada había desempeñado el cargo de Jefe del Estado Mayor Conjunto al momento de los fusilamientos. El 30 de abril de 1973, en la intersección de Junín y Cangallo, Fernández Palmeiro mata a Quijada cuando éste se encontraba en su auto con su chofer. En esta acción fue herido mortalmente por el chofer de Quijada. Víctor Fernández Palmeiro muere horas más tarde en un departamento de Barrio Norte.

Al mes de su muerte se le rindió un homenaje frente a su tumba en el cementerio de la Chacarita, en el que se encontraban presentes los abogados Eduardo Luis Duhalde, Vicente Zito Lema y la viuda de Fernández Palmeiro, entre otros. Se le colocó una hermosa placa en la que se le recordaría eternamente. El 5 de junio de 1973 estalla una bomba en su sepultura que provoca destrozos y la desaparición de la placa. En julio del año 2002 dicha placa fue encontrada en el “Club Atlético”, durante las excavaciones para restaurar el edificio.

Según el testimonio de un compañero de militancia de Fernández Palmeiro, éste“(…) era un tipo con una personalidad fuerte y de líder. Vivía la relación con los compañeros y las situaciones de riesgo, siempre, con una alegría interior. Decía “estamos haciendo algo importante, esto vale la pena, no importa quién caiga, sea yo, sea el otro, lloraremos pero hay que luchar con alegría. No era un militante triste”

Vicente Zito Lema: “Tenía una imagen de hombre duro pero tenía, también, un gran amor por los poetas, por la literatura. A veces, nos encontrábamos en un café a charlar sobre poesía. Era una persona muy sensible y, en el sentido de la presencia física, podríamos decir, un galán. Era muy lindo y él lo sabía. Las chicas de la militancia estaban casi todas enamoradas de él. Y también tenía formación política. “El Gallego” practicó la violencia revolucionaria pero no desde el lugar fascista del amor a la violencia por la violencia. Él estaba convencido de que era un mecanismo, un instrumento, que era una parte de un proyecto. Y era un hombre que amaba la política.”

Su última mujer fue secuestrada y asesinada. Como así también su hermano Gonzalo.

El músico argentino Andrés Calamaro    le realiza la canción «22 de Agosto»:

¡Brindemos por los muertos de Trelew!

Un patético almirante apareció en la televisión

Explicando que los malos se habían escapado

y por supuesto nadie le creyó.

Y algún tiempo después, el marino Hermes Quijada

se enteró que la muerte viaja en moto:

El Gallego Fernández Palmeiro, combatiente del ERP

22 de agosto, era el piloto que lo llenó de plomo,

lo llenó de plomo y se las tomó.

 

https://www.youtube.com/watch?v=dPFsfqdNPYQ

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