
Por Patrocinio Navarro Valero
Durante más de tres años hemos venido soportando los tira y afloja de los políticos ingleses en torno a la salida o no de Gran Bretaña de la Unión Europea. ¿ Por qué también nos ocupamos hoy por última vez, ya que ,como se dice, “está todo el pescado vendido”?…El 31 de Enero de 2020 a las doce de la noche, exactamente, se vendió el último pez gordo de la historia de Europa.
Se juntan varios asuntos para el triunfo del Brexit: Uno, los intereses de los ricos ingleses en connivencia con sus socios hermanados del otro lado del Atlántico. Dos: la decepción de muchos británicos, bastante compartida por muchos de nosotros, los europeos, ante el fracaso de la Europa social mientras se sigue endeudando a sus ciudadanos. (El caso de España ya es alarmante: nunca podremos pagar una deuda que ya supera todo nuestro PIB anual, y con intereses que no cesan de crecer). Y tres, y no por último, el factor ideológico: el feroz nacionalismo de la extrema derecha y su desprecio a los inmigrantes, que ha calado mucho entre un sector de gentes de su misma calaña.
Pero si los ingleses piensan que los diez mil millones que aportaba su Gobierno anualmente a la UE van a regresar a sus bolsillos y se van a traducir en bienestar social, se van a llevar una buena sorpresa los que hayan votado Bréxit por esa razón. En todo caso no es una buena noticia, porque ha separado a mucha gente y de muchas maneras, y porque altera a Europa sin mejorarla, pero si hubiese habido una mayor unión de los trabajadores desde que se vio venir que la UE no estaba pensada para ellos, a lo mejor no hubiera podido ocurrir esto.
Ojalá nos sirva de lección y para empezar nos fijamos un poco más en cómo reaccionan los trabajadores franceses. Ellos se han dado cuenta y en vez de querer irse de la Unión pretenden cortar desde dentro el mal neoliberal que rige Europa. Se echa de menos la otra unión internacional europea: la de los trabajadores, jubilados, jóvenes y clases medias, tan perjudicados por la política neoliberal que bendice Bruselas. El modelo no es el inglés: es el francés aunque habría que excluir la violencia porque es un elemento boomerang.
La política neoliberal, que es la que nos afecta, se muestra como la gran depredadora del bienestar mundial. Los que aún no estamos cegados por la estupidez de los medios, la vemos como una máquina devoradora del medio ambiente planetario , el mundo animal y vegetal , y destructora por igual de derechos y libertades conseguidas durante los últimos siglos por las clases trabajadoras. Innumerables los sacrificios, torturas, sufrimientos, enfermedades, luchas sociales, y muertos de los pueblos por la defensa de la justicia y los derechos humanos y laborales. Todo esto, para los sucesores de aquellos capitalistas que tuvieron que ceder ante la presión colectiva, ya no tiene valor alguno. En una nueva arremetida contra las poblaciones del mundo, han decidido cambiar las reglas del juego.
Ahora interesa más especular que producir. Da más beneficios y menos quebraderos de cabeza. Y encima cuenta con apoyos políticos y hasta del Vaticano. El capitalismo financiero tiene menos riesgos, claro, que el capitalismo productivo, donde los empresarios se tienen que enfrentar a los problemas diarios con los trabajadores, con negociaciones colectivas molestas, con comités sindicales- y eso que los han domesticado ya- huelgas, y otras contrariedades.
Una vez desaparecido el fantasma de la amenaza soviética, derribado aquel muro de Berlín, los ricos del mundo se frotaron las manos igual que un pirata de película ante la vista de un barco sin defensas que lleva un gran tesoro. De hecho, y sirva como símbolo, ahí tenemos apellidos de ilustres piratas, como el de Morgan, controlando su parte del tesoro financiero mundial, o en España el de “ Botín”, tan representativo como el primero de la misma clase de negocio de avaros especuladores oportunistas y carentes de conciencia social alguna, al menos.
Las otras grandes empresas, una vez desaparecido el temible león de la Unión soviética y convertida en la mansa Rusia neozarista, han tomado una decisión. Explotar al máximo a sus trabajadores hasta niveles lindando con la esclavitud. Por vez primera desde la segunda mundial, existe en los países ricos la figura del trabajador que tiene que acudir a los comedores de caridad para poder comer porque no le llega el salario. En la Inglaterra rica del Bréxit hace años que muchos niños ingleses acuden a esos comedores sociales. Y en eso se parecen a muchos niños españoles.
Los pobres se empobrecen, porque los recursos del pastel mundo se van a las mesas de los ricos amparados por enormes cantidades de leyes laborales, jueces, políticos, gendarmes, que justifican lo que a vista de un extraterrestre puede parecer asombroso: que tan solo el uno por ciento de la población del mundo controle la riqueza del otro noventa y nueve. Trasladado a cifras: solo 75.000 controlan las riquezas de un Planeta de 7.500.000 personas. ¿ No es asombroso? ….Este es el mar de fondo donde los piratas partidarios del Brexit han ganado la batalla, y cuyas banderas rezan: “Ata, separa y domina”. Y este propósito satánico es el mismo que guía todos los actos de los dueños del mundo.
Para hundir esos barcos no valen cañones, ni proclamas, ni sermones de iglesia, ni siquiera la conciencia social. Para hundir esos barcos, antes que estos destruyan el mundo, el bienestar y la esperanza de sus habitantes, no hay otro remedio que aplicar a nuestras vidas el antídoto de ese veneno que nos reveló el Maestro de Nazaret, que era un hombre del pueblo: “ Lo que quieras que te hagan a ti”, hazlo tú primero a otros”, y en forma negativa: “ No hagas a nadie lo que no quieras que te hagan a ti”.
¿Seremos capaces de alcanzar esa masa crítica capaz de acabar con la piratería? Sumemos voluntades.