EEUU-Cuba: Sociedad civil, ¿para la Subversión ideológica?
Presentación
Fui convocado a referirme a la “Manipulación imperialista del concepto de Sociedad civil cubana para el fomento de la Subversión político-ideológica en la Isla”, sucintamente. De inmediato, me retrotraje al debate que existió en la década del 90 del siglo XX en escenarios académicos, mediáticos y políticos —incluyendo qué se publicó en ambos lados del Estrecho de la Florida. También, evoqué este asunto en su perspectiva actual.
Acredito que antes de la fecha señalada en la Mayor de las Antillas brillaba por su ausencia el término de Sociedad civil, así como que su asociación con nuestro país estuvo ligado al proceso de derrumbe del “socialismo real” y a un quehacer tendiente a que nuestra Revolución viviera la misma suerte que la otrora Unión Soviética. A la sazón, la Casa Blanca intensificó su agresividad a través de Ley Torricelli y sus Carriles —I, Bloqueo Económico; II, Subversión político-ideológica— y desde Miami se perfiló cómo acabar con la obra que iniciamos en Enero de 1959 desde la mezcla de esos dos Carriles, sobre todo con el segundo (1).
En nuestra nación, en los primeros años del Período Especial se hicieron eco del tema Rafael Hernández, Isabel Monal, Miguel Limia, Jorge Luis Acanda, Armando Hart, Raúl Valdés Vivó, entre otros (2); y más acá en el tiempo, se trajo a colación que el momento más destacado del abordaje de esta trama coincide con “Reconstruir la sociedad civil: un proyecto para Cuba”, de Dagoberto Valdés y Luis Enrique Estrella, que se discutió y aprobó en la II Semana Social Católica, efectuada en La Habana en Diciembre de 1994 (3) —un complemento de lo orquestado en Miami (4). Además, el Partido Comunista de Cuba (PCC) en 1996 asoció la Sociedad civil con “nuestras potentes organizaciones de masas” y sociales (5); y un argumentado balance brotó al calor de la visita del Presidente Barack H. Obama a Cuba (6).
Entretanto, encontré coherente lo que he publicado desde 1996 hasta la actualidad y, en correspondencia, comparto una síntesis enriquecida de ello con el objetivo de ofrecer un ángulo de mira que tribute al debate sobre el concepto de Sociedad civil en el entramado de la Subversión ideológica facturada en el “Norte revuelto y brutal” contra la Revolución Cubana.
¿Qué es la Sociedad civil?
Pienso que ante todo es pertinente un acercamiento al término, como hice la primera vez que escribí en este orden de consideraciones (7). De este modo, a través del estudio que he realizado verifico que —sin ser absoluto ni obviar su ambigüedad— el proceso identificado con el concepto de Sociedad civil tiene sus orígenes en la descomposición del Feudalismo y que su exaltación corría por pensadores que, de un modo u otro, representaban al Capitalismo. Así, emergió pautado por la intensión de ser oposición.
Igualmente puedo sostener que si bien existe una esclarecedora percepción en Carlos Marx acerca de la sociedad toda en sus trabajos como La Guerra civil en Francia (8), no es sino en su tesis número 10 sobre Feuerbach donde encontré mayor precisión al respecto. Allí, consta: “El punto de vista del antiguo materialismo es la sociedad ‘civil’; el del nuevo materialismo, la sociedad humana o la humanidad socializada” (9).
En correspondencia, deduzco, en primer lugar, que la Sociedad civil, al asociarse al “antiguo materialismo”, se relaciona con el escenario burgués y sus inseparables desgracias; en segundo lugar, se destaca que está entrecomillada la palabra civil, de lo cual se infiere la relatividad que acompaña al intento de divorciar este tipo de sociedad con la política o el Estado; en tercer lugar, que bajo el signo del “nuevo materialismo” la lucha está centrada en hacer, a partir de la socialización, realidad viva la dignidad de la persona —cuestión prácticamente imposible en el marco del Capitalismo; y, en cuarto lugar, el porqué tanto el grueso de los seguidores de Marx que impusieron “una concepción estatalista del marxismo” —según Armando Hart— como los pensadores pro burgueses que desempolvaron el término “para luchar contra el socialismo” —dice Valdés Vivó—, dejaron de utilizar el concepto en causa (sin despreciar que en el caso de Antonio Gramsci “no es sencillo determinar con precisión qué está tratando de decir exactamente” —de acuerdo con Isabel Monal).
Con este presupuesto, no requiere un gran esfuerzo percatarse de que cuando Pedro López Oliver desde la Universidad de Miami concibió en los años noventa que “hay que crear una sociedad civil interna [en Cuba] que conlleve a una comunicación con la comunidad exilada, con la intensión de lograr confianza” porque “no se trata de derrumbar el castrismo en un día, sino de transformarlo día a día” (10), estamos en presencia de un pasaje típico de la Subversión yanqui contra nuestro pueblo.
Conexión Sociedad civil-ONGs u OAGs
Debo advertir que en el examen de la Sociedad civil como instrumento de Subversión vs. la Revolución Cubana hace acto de presencia lo que se denomina Organizaciones no gubernamentales (ONGs.); que las mismas surgieron para tratar de aliviar en alguna medida el vacío de bienestar que generalmente no estaba llamado a ocuparlo el sistema burgués; y que fueron brotando estas organizaciones en los territorios nacionales, al extremo que Naciones Unidas reflejó el caso a través de un Comité de su Consejo Económico y Social que tiene por función contribuir al desenvolvimiento de ellas. Incluso, alerto que el hecho de que este tipo de organizaciones se desarrollaran en las sociedades capitalistas —en unas más que en otras, de acuerdo con lo caritativo o no de las autoridades políticas— es natural justo por ser ineludible en el reino del Capital o sea, ocupan el espacio de inacción del Gobierno.
Se explica, pues, que esa apreciación no necesariamente estaba llamada a tener el mismo reflejo una vez que se transformara cualitativamente el panorama en el que emergieron y se desarrollaron las ONGs. He aquí elementos de juicio que amparan la inexistencia de ellas en Cuba —me refiero a la esencia de su denominación— antes de los mencionados años 90 y que prácticamente esta terminología a la usanza capitalista no fuera común en nuestro lenguaje académico, político y mediático.
Por tanto, en la lógica de este razonamiento destaca la conexión Sociedad Civil-ONGs desde la visión de la política gringa contra nuestro Socialismo manifestada en las actividades organizadas con los mercenarios/as del patio en medio de la penumbra que hizo acto de presencia a partir de 1990 provocada por el derrumbe de Moscú y el incremento de la Guerra multilateral aupada por Washington contra La Habana.
Puntualmente, con el inicio del Período Especial hubo caldo de cultivo para el desenvolvimiento de las ONGs tal como operan en el Capitalismo —así se concibió desde el Carril II de la Ley Torricelli— y, por ende, para que Richard Nuccio, consejero del Presidente Bill Clinton para asuntos cubanos, abogara y estimulara la cooperación de las organizaciones de esta índole que existían en EEUU con los “grupos independientes” y “determinadas ONGs de la Isla” —entiéndase, quintacolumnistas y comparsa, Organizaciones Antigubernamentales (OAGs) (11). Todo, acrecentado con la Ley Helms-Burton de 1996 certificada por ese Presidente en sustitución de una agresión armada (12).
Y contra todos los pronósticos según los cuales no había manera de que la Revolución Cubana escapara de las garras del Imperialismo estadounidense (13), muy lejos de derrumbarse nuestro Socialismo, se impuso la verticalidad del pueblo cubano. Así lo reconoció el Presidente B. H. Obama al abogar por la caída del Bloqueo, pero con la voluntad de continuar “defendiendo los derechos humanos” y la ¿democracia? con la Subversión ideo-política.
Sociedad civil en perspectivas
Entonces, careció de casualidad que ante el histórico acuerdo Cuba-EEUU del 17 de Diciembre de 2014 sostuviera/sostengo que tenemos que resolver serios problemas subjetivos; que seguramente nos asecharía/nos asecha más Subversión ideológica sazonada con la interpretación yanqui de Sociedad civil; y que confiaba en que la Cultura de las presentes y futuras generaciones de cubanas y cubanos será capaz de garantizar nuestra Marcha Triunfal —muestra del enorme desafío que nos queda por delante.
Subrayo que hemos de tener en cuenta tres variables fundamentales de cara a la actitud de EEUU vs. Cuba, básicamente desde la Guerra mediática y el intento de adoctrinamiento a sus nuevos actores: una, que Radio y Tv Martí “no” pertenecen a la Oficina de Transmisiones contra la Isla; dos, la labor Made in CIA desde el Proyecto Génesis (14) confirma las pretensiones “inocentes” —cuidado con ¿cándidos e inexpertos? que le hacen el juego desde las Universidades y más allá; y tres, tanto la necesidad de Educar más y mejor a las nuevas generaciones como, simultáneamente, Combatir y Combatir a “aquellos que pudieran convertirse en posibles agentes de cambio [contrarrevolucionario] en nuestra sociedad” —punto focal impostergable, más ante casos como World Learning to Cuba.
Hasta pienso que no es descartable ni que el último Acuerdo Cuba-EEUU en el tema migratorio sea utilizado para continuar la infamia contra nuestra Revolución ni, relacionado con ello, que se emplee a repatriados/as para la labor contrarrevolucionaria a través de la inserción de ¿nuevos/as? mercenarios/as en la “Sociedad civil” Made in USA y ONGs convertidas en OAGs.
Y de cara al futuro próximo —aunque hay que esperar para confirmar la relación palabras-actitud del presiente Trump y, a pesar de ello, dudo que haga gala/tenga éxito un contrasentido con nuestra nación respecto a lo alcanzado con Obama—, hemos de estar consciente de que será muy difícil que cualquier Administración de Washington renuncie al propósito de destruir el Socialismo en la Mayor de las Antillas con epicentro en su proyecto de sociedad civil, en medio de la complejidad que seguramente generará el escenario en que Raúl Castro no sea el Presidente de la Patria y que el pueblo cubano deba sustituir/engrandecer/ser meritorio continuador de la Generación del Eterno Fidel Castro.
Epílogo
Nuestro sistema revolucionario no solo se enfrenta al desafío de ser cada vez más democrático sino que al mismo tiempo asume/concreta la citada tesis 10 de Marx sobre Feurbach en la relatividad que acompaña el intento de divorciar sociedad civil con la política o el Estado y en la lucha por socializar la edificación de la Dignidad del individuo; al paso que contamos con nuestra versión de ONGs y Sociedad civil: las organizaciones de masas y sociales, antítesis de las OAGs nutridas por EEUU para la Subversión ideológica y amante de la construcción del Decoro, la Felicidad, la Prosperidad y la Fraternidad en las personas.
He aquí, grosso modo, mi ángulo de mira de cara a la convocatoria a referirme a la “Manipulación imperialista del concepto de Sociedad civil cubana para el fomento de la Subversión político-ideológica en la Isla”, con la esperanza de que en medida alguna tribute al debate en este asunto.
Notas:
1.- En los años 90 apareció “Cuba Crisis y Transición” del agente CIA Pedro Ramón López Oliver, donde consta inequívocamente el uso del término “Sociedad civil” en aras de la Subversión ideológica en Cuba. Quien escribe tuvo la oportunidad de leerlo y citarlo, pero ahora no puedo precisar su contenido en datos editoriales, pues ni en Internet lo encontré. Una alusión reciente se encuentra en: González, A. (2016). ¿Por qué decir negro es racismo? En: http://www.cubainformacion.tv/index.php/la-columna/255-arthur-gonzalez-heraldo-cubano/68190-ipor-que-decir-negro-esnracismo. 4 de Abril.
2.- Recio, M. (1999). Sociedad civil en los 90: el debate cubano. Temas No. 16, Octubre 1998 – Junio 1999. En: http://temas.cult.cu/articulo_academico/sociedad-civil-en-los-90-el-debate-cubano/.
3.- Cubano, M. (2015 —seudónimo). La Sociedad Civil en Cuba. En: http://mambicubano.blogspot.com/2015/04/la-sociedad-civil-en-cuba.html. 4 de Abril.
4.- El porqué afirmo que “Reconstruir la sociedad civil: un proyecto para Cuba” —ahora no lo encontré en la Red de redes— es complemento de la pretensión de entonces en Miami, está revelado en lo que posteriormente escribió su primer autor. Ver: Valdés, D. (S/F —probablemente, 2011 o 2012). Apuntes para una historia desde la sociedad civil en Cuba. (III). En: http://www.convivenciacuba.es/index.php/historia-mainmenu-54/669-apuntes-para-una-historia-desde-la-sociedad-civil-en-cuba-iii.
5.- Castro, R. (1996). Informe del Buró Político al V Pleno del Comité Central del PCC. Tabloide, p. 16. Esta apreciación está ratificada en los Documentos del VII Congreso del PCC (2017) sometidos a debate popular, al hacer constar en uno de sus términos: “10. Sociedad civil socialista/ Este término se refiere a las organizaciones de masas, sociales, asociaciones, fundaciones y otras diversas formas asociativas sin ánimos de lucro, en las cuales —ejerciendo el derecho constitucional de asociación—, se unen de manera libre, personas naturales y jurídicas, bienes y voluntades, con el propósito de contribuir al proceso de desarrollo de la sociedad socialista”. Ver: Conceptualización del modelo económico y social cubano de desarrollo socialista./ Plan nacional de desarrollo económico y social hasta 2030: propuesta de visión de la nación, ejes y sectores estratégicos. En: http://www.cubadebate.cu/wp-content/uploads/2016/05/copia-para-el-sitio-web.pdf.
6.- Ramírez, E. (2016). A propósito de la visita de Obama: Sociedad Civil y derechos humanos en Cuba. En: http://www.cubainformacion.tv/index.php/politica/67885-a-proposito-de-la-visita-de-obama-sociedad-civil-y-derechos-humanos-en-cuba. 21 de Marzo.
7.- Ver: Manzanares, N. (1996). Sociedad Civil: Realidad y reto. Escuela Provincial del Partido Comunista de Cuba “Cándido González Morales”, Camagüey. Boletín de Información/ Semestral—Teórico-Práctico/Año: # 1.
8.- Ver: Marx, C. (1871). La Guerra Civil en Francia/ Manifiesto del Consejo General de la Asociación Internacional de los Trabajadores —sobre todo, el apartado III que refiere la obra de la Comuna de París. En: https://www.marxists.org/espanol/m-e/1870s/gcfran/guer.htm. Acerca de ello, buen juicio hallé en: Monal, I. (2000). Carlos Marx, la sociedad civil y el socialismo. En: http://www4.pucsp.br/neils/downloads/v8_isabel_monal.pdf.
9.- Marx, C. (1845). Tesis sobre Feuerbach. En: https://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/45-feuer.htm. Pero ojo: estas tesis fueron publicadas por primera vez por Federico Engels en 1888 o sea, cinco años después de la desaparición física del autor de “El Capital”. Eso me conduce a abrazar la citada tesis 10 como el mejor referente de qué pensaban ambos Maestro al respecto.
10.- López, P. (S/F). Cuba: crisis y transición. Citado por: González, A. (2016). ¿Por qué decir negro es racismo? En: http://www.cubainformacion.tv/index.php/la-columna/255-arthur-gonzalez-heraldo-cubano/68190-ipor-que-decir-negro-esnracismo. 4 de Abril.
11.- Ver: Manzanares, N. (1996). Ob. Cit.
12.- El Congreso estadounidense aprobó la Ley Helms-Burton, intensificando el Bloqueo y la Subversión ideológica. Ello estuvo relacionado con el derribo de las avionetas mercenarias y provocadoras en aguas cubanas el 24 de Febrero de 1996, tras reiteradas advertencias por nuestra parte. Ver su texto completo en: http://sgcmiami.infotech-corp.com/MultiMedia/documento/2012/01/texto_completo_ley_helms-burton.pdf.
13.- A principios de 1992, Noam Chomsky pensó que —como resultado de la catástrofe económica que vivía Cuba a causa de la caída de Moscú y del incremento del Bloqueo yanqui— era improbable que la Revolución Cubana resistiera sin alterar su esencia, y llegó a sostener: “En mi opinión, no hay nada en este momento que Fidel Castro pueda hacer para evitar que Estados Unidos se apodere de Cuba”. Aunque acto seguido aclaró: “Quizá sea una exageración”. Ver: Chomsky, N. (1992). Noam Chomsky en La Jornada. Editorial Ciencias Sociales, La Habana, p. 123.
14.- Un complemento de este asunto está en: Capote, R. (2016). El Blanco es la Revolución (I)/ La nueva prensa. En: http://www.granma.cu/cuba/2016-09-22/la-nueva-prensa-22-09-2016-23-09-48. 22 de Septiembre.