
“Laberinto” (1996). Miguel Bosé hace una llamada a la tierra, que este mundo va…
Tras editar “Directo ´90” (1991), Miguel Bosé apostaba en una nueva etapa, donde la madurez artística y sonora, llegara de manera inmediata. “Bajo el signo de Caín” (1993) fue el inicio de ese ciclo, que dicho sea de paso, a principios de enero de este año, hablé del fantástico álbum, que es tal vez, el proyecto más ambicioso de Miguel. “Bajo el signo de Caín” (1993) está envuelta de una cuidada producción a cargo de Ross Cullum (un prestigioso ingeniero musical, compositor y un reputado productor musical, empezó trabajando para EMI, con la banda Roxy Music, además de trabajar con artistas como Enya, Tears for Fears, Paul McCartney, Howard Jones o David Summers) y co-producido por Sandy McLelland –además de los arreglos vocales- (Andy Ross fue el asistente de producción), que para el nuevo trabajo discográfico, volvería a contar con Ross Cullum a la producción y Sandy McLelland a la co-producción (excepto tres canciones). Trabajo que ganaría en el trato en las composiciones.
Tras tres años de gestación, a mediados de 1993 salía a la venta el esperado undécimo álbum de estudio de Miguel Bosé, titulado: “Bajo el signo de Caín” (WEA International). Un álbum alejadísimo de las tendencias de los ochenta donde Miguel Bosé era precursor, gracias a “Bandido” (1984) y su posterior entrada al New Wave con “XXX” (1987) pero más cercano a lo que nunca antes había hecho hasta ahora, (aunque en “Los Chicos no Loran” (1990) había coqueteado con ése pop elegante que veremos en el futuro inmediato).
Es importante destacar y abordar el tema principal de “Bajo el signo de Caín” (1993): doce composiciones elaboradas tras un camino interno espiritual, una realización vital, una búsqueda de encuentro moral, sin discriminación de sexos o religiones… como lo han sido álbumes de muchos artistas, como ejemplo, discos como: “Passion: Music for The Last Temptation of Christ” (1989) de Peter Gabriel, el “Praise & Blame” (2010) de Tom Jones o la trilogía cristiana propiamente dicha, compuesta por “Slow Train Coming”, “Saved” y “Shot Of Love” de Bob Dylan, grabados entre 1979 y 1981. “Bajo el signo de Caín” (1993), musicalmente y estéticamente vemos a un Miguel Bosé nuevamente bautizado, encarnado en el hombre maldito, con una señal en la frente hecha por Dios, o en la contraportada vemos a un Miguel Bosé personificado en Caín, un ángel desterrado (espléndidas fotografías y collage hecho por David Scheinmann).
En el artículo (de fecha 13 de enero de 2013), entrevisté al espléndido Javier Catalá, y rescato una pregunta que le formulé:
Pregunta: ¿Qué anécdotas me podría explicar de la grabación? Y ¿Cómo ve el álbum 20 años después?
Javier Catalá “–Es increíble que después de 20 años ese disco siga sonando tan actual y sofisticado… Se invirtió mucho tempo y minucioso trabajo… Las baterías, los bajos, las percusiones… las atmosferas que tiene son espectaculares, un disco que pasa el tiempo y no se queda atrás… eso lo dice todo… buenas canciones, y un compromiso por parte de Miguel impresionante, con su carrera y con la música… Un trabajo muy bien hecho… Así fue. Recuerdo que Miguel nos invitó a pasar unos días en Londres en la fase de mezclas y de maquetación de la portada y del libreto… Y fuimos testigos de la exquisita elaboración con la que se cuidaron todos los detalles… Actualmente, cuando hago producciones discográficas, tengo muy en cuenta todo lo que vi y aprendí en ese disco…”.
Asimismo, el duodécimo álbum está grabado y mezclado por Ross Cullum y Sandy McLelland. Asistentes de grabación en Madrid: Beny Gil y Eduardo Ramírez. Asistentes mezclas: Avril Macintosh. Ayudante mezcla voces: Luis Fernández Soria.
Grabado en The River (Londres) y Sintonía (Madrid). Mezclado en Sarm West (Londres). Compilado y editado en Master Peace Mastering y Tape to Tape por Gus Shaw y Dick Beetham. Masterizado en Metrópolis por Tony Cousins.
Con los siguientes músicos:
Sandy McLelland (teclados, batería, percusión y programaciones); Ross Cullum (teclados, batería, guitarra eléctrica y percusión); Ángel Crespo –con quien he tenido el honor de entrevistar- (batería); Antonio Cortés (teclados, percusión); Alfonso Pérez (piano acústico); Javier Quílez (bajo y coros); Pedro Andrea (guitarra eléctrica); Josep Salvador (guitarra española, acústica y coros); Bryn Haworth (guitarra slide y mandocello); Robbie Macintosh (guitarra eléctrica y acústica); Davey Spillane (gaitas irlandesas y flautín); Alfonso Pérez (piano acústico); Jorge Lema (bandoneón); Helen de Quiroga, José María Guzmán, Edith Salazar y La Chonchi (coros).
Como músicos invitados:
Vicente Amigo (guitarra española), Greta y los Garbo (coros) y José Miguel Carmona (guitarra española).
Atención, “Laberinto” se editó en 1995, pero en 1996 se volvió a editar “Laberinto” (edición limitada). De ésta última edición voy a hablar, por una sencilla razón: es la definitiva. Se añadieron tres temas inéditos: Oscar Vinader y Juan Vinader fueron los ingenieros de sonido en Cinearte; Raquel Fernández fue la ayudante. Mezclados en Eurosonic por Sandy McLelland y Oscar Vinader; como ayudante: Salvador Alarcón (Boris).
Así, en 1996 apareció en los mercados “Laberinto” (WARNER MUSIC). Es menos innovador que su primo (“XXX” -1987-) o con menos tendencias morales dogmáticas que su hermano mayor (“Bajo el Signo de Caín” -1993-), pero escuchamos a un Miguel Bosé, que ha encontrado su identidad sonora y musical, y en “Laberinto” (1996) abre los ojos al mundo. En la portada vemos una fotografía (prácticamente “pálida” y en blanco y negro) en primer plano de Miguel Bosé, pero la fotografía (a cargo de Julián Broad) es expresamente empalidecida: el cuerpo no es el protagonista, sino el alma. El diseño del álbum tiene detalles de ritos y posturas espirituales (arte y diseño a cargo de Emilio Farina).
Las trece composiciones, son la paciencia del ensayo profundo:
El intimismo se apodera de esta primera canción ESTE MUNDO VA, siendo consciente y la importancia del tiempo: “el tiempo pasa y no de largo y hay quien no se entera que somos los mismos envueltos en novedad”. La relajación y paz continúa con AGUA CLARA, un tema adaptado a la reflexión de los medios y recursos naturales. Mencionar que me sorprende la maravillosa guitarra española de José Miguel Carmona. Un tema muy elegante es TESORO (PUDO SER TU NOMBRE…), que me apena que no se rescate para alguno de sus grandes éxitos. Con una intimidad más acentuada que “Este mundo va”, las reservas internas son para NO ENCUENTRO UN MOMENTO PA´OLVIDAR, con un Miguel contagiado de dolor: “más allá de ti aún queda por saber, hasta dónde no llegué y si hay algo más. Fue tanto amor…”, con una guitarra española de Vicente Amigo que también llora. Quedo pasmado con CORAZÓN TOCAO, tratado musicalmente con crueldad y belleza a la vez, que de nuevo me apena que no se rescate para alguno de sus grandes éxitos. AMOR ENTERO no me transmite ni frío ni calor, mientras que AZUL DE LOUIE es una canción bárbara: la guitarra española de Vicente Amigo tiene una profundidad en belleza incalculable, junto con los teclados de Sandy McLelland y Ros Cullum, y por supuesto un Miguel espléndido; es uno de mis temas favoritos. El tema más largo es para UN DÍA DESPUÉS LA HISTORIA SIGUE IGUAL, dando paso a la presencia de los instrumentos como segundero y minutero. TE BUSCARÉ con tiene sonidos orientales, y una canción fresca light es LA AUTO-RADIO CANTA.
Hay que prestar atención en ¡AY!, otra de mis favoritas: es un pulso entre la sonoridad mística, y una letra revolucionaria interior. En “¡AY!” logras sentir el estupor y el sobresalto del lamento. SEQUIA es de atmósfera sosegada y relajada, las gaitas irlandesas abrazan el sufrimiento de la tierra: “Sequía… llanto de una tierra, quejío que es un quebrar, naturaleza muerta clamando hasta las alturas yerma y rota está…”. Finaliza con NUNCA SABRÉ, un tema más pop, con un piano e instrumentos muy melódicos, y con una letra muy al estilo de “Gota a Gota” (incluida en “Bajo el Signo de Caín” -1993-).
He estado indagando información, y he descubierto que cuando decidieron hacer el Tour Laberinto, Miguel Bosé escribió lo siguiente:
“Cuando me llega el momento de montar un espectáculo nuevo, el problema de tener o no ideas nunca es un quebradero de cabeza. Pero sí lo es el darles un sentido, descubrir si es su tiempo y ordenarlas de manera coherente con respecto a lo que uno quiere contar.
Así me encontré ante el «Tour Laberinto ´96»: Como en medio de una feria de luces y sonido, atracciones y efectos, temiendo que cribarlas y decidirme por solo unas pocas eficaces.
Uno no es nadie sin su gente o sin sus equipos: así que tiré de ellos, de aquellos que me conocen bien o muy bien y que además poseen siempre el don de sorprenderme.
Empezaron a lloverme bocetos, apuntes, datos y novedades técnicas y sobre todo mucho entusiasmo ante un nuevo reto. ¿Consignas?, sencillez, magia, elegancia, teatralidad y pulso fuerte; algo así como una reverencia alegre en un baile de máscaras…
Hoy estoy convencido que lo hemos conseguido.
¡Y no solamente eso!
Quien ha visto todos los espectáculos en cada una de mis giras, asegura que éste es el más sólido y el que más a mí se parece, a mi mundo y a mi música.
Además de ser técnicamente el más eficaz y preciso, es el más fuerte en su decidida y contundente serenidad: en suma, el mejor. Y así lo creo yo también.
Tuvimos la audacia de querer empezarlo de forma desnuda, vulnerable para que, como una pequeña semilla regada de atención y aplausos, fuese creciendo poco a poco hasta llegar a convertirse en un bosque alto y florido.
Lo he hecho para mí, para nosotros, para vosotros y para todos aquellos que durante algunas horas quieren viajar.
Si no eres cómplice, un concierto no pasa de ser eso… ¡un concierto!
En cambio si se es… un concierto se hace historia y recuerdo.
Venid pues conmigo a recordar para siempre desde el corazón de mi laberinto.
GRACIAS…”
En definitiva, “Laberinto” (1996) forma parte de las grandes grabaciones de los años noventa (un álbum que ha pasado en muchas ocasiones en un segundo o tercer plano), con un extraordinario último Miguel Bosé, y digo último porque desgraciadamente musicalmente no ha vuelto a sorprender, ni a dar una doble voltereta artísticamente: en posteriores ocasiones se ha tirado a la piscina directamente. “Laberinto” (1996) es uno de los últimos álbumes brillantes de Miguel Bosé, aunque en “Sereno” (2001) podría ser el álbum de gran madurez, y “Velvetina” (2005) -en mi opinión- su obra cumbre de experimentación. Recomiendo encarecidamente e insistentemente, la edición en italiano: “Labirinto” (1996), cuyos temas se extienden en instrumentación y resulta un placer escucharlo, también para coleccionistas, disponible en la edición francesa.
Ahora sí, para kaosenlared, tengo el honor de entrevistar a uno de los baterías más prestigiosos del panorama nacional: Ángel Crespo. Ha trabajado con Alejandro Sanz, Rosendo, Juan Perro, Luz Casal, Ketama, Cómplices, Amistades Peligrosas o Duncan Dhu. Repasamos su colaboración en uno de los álbumes más aplaudidos de Miguel Bosé: “Laberinto” (1996), así como conversar sobre su dilatada trayectoria.
Ángel Crespo, muchísimas gracias por la cortesía de aceptar y concederme esta entrevista.
-Gracias a ti por contactar conmigo para hacerme una entrevista. Muchas gracias, de verdad.
01.¿Cómo y de qué manera quiso dedicarse a la música de manera profesional? Y ¿Cómo fueron sus inicios musicales?
-Cuando era pequeño yo quería ser guitarrista. Me encantaba la guitarra y trataba de aprender de los discos (teníamos en casa de mis padres una “gramola” en la que podías bajar la velocidad de los discos de vinilo y así intentaba “entender” qué pasaba en los pasajes rápidos). Mi idea era apuntarme en el Conservatorio para aprender guitarra, pero ocurrió que una noche estaba viendo la televisión (un programa de música estupendo, de esos que ya no hay, por desgracia. Creo que se llamaba “beat club”, pero no estoy seguro porque había otros también interesantes como “Jazz entre amigos” y otro más, creo, (que ya no recuerdo como se llamaba) y ponían una actuación en directo de Mahavishnu Orchestra, con Billy Cobham en la batería y… quedé en shock. No podía imaginar que la batería tuviera ese papel que descubrí viendo esa actuación. Tanto fue el impacto que en ese preciso instante decidí que ya no quería tocar la guitarra sino la batería y, por supuesto, durante muchos años, Billy Cobham fue mi ídolo. Ahora sigo valorando y disfrutando de su maestría (aunque reconozco que me mata en los discos con Mahavishnu, o de aquella época) pero tengo otros baterías “favoritos”, si bien es cierto que hay tantos buenísimos… cada día más.
Y a partir de aquí pues hice lo programado: apuntarme en el Conservatorio (que era casi la única opción que se tenía entonces para aprender “seriamente” un instrumento) pero para hacer percusión (la única posibilidad de estudiar batería en el Conservatorio) en vez de guitarra.
Siempre estaré agradecido a mis padres por no haberme puesto trabas a la hora de decidir estudiar música en el Conservatorio y tomar la decisión de no ir a la Universidad a estudiar alguna otra carrera. Gracias a ellos puedo vivir de la música hoy en día.
Poco a poco surgió el empezar a tocar con grupos. Una noche, tocando con un trío de un guitarrista llamado José Decler, en “La Coquette” estaba viéndonos un bajista que se llama Julio Blasco. Al terminar la actuación me dijo que necesitaba un batería para grabar la banda sonora de un película, pero que Paco García (que era con quien contaba) no iba a poder grabarlo, y me preguntó si yo tenía ese día libre (por supuesto que lo tenía… tenía todos los días libres… jajajajajaja). El caso es quedé con él para que me diera las partituras y al siguiente día fue la grabación. Allí estaba con el piano Antonio Sauco y unos días después me llamó (Antonio) para ofrecerme tocar con el Fary. Y ahí empezó mi andadura profesional. Un par de años con el Fary, de ahí a Luz Casal (cuatro años), después Duncan Dhu (otros cuatro años), etc, etc…
02.¿Cómo y de qué manera le proponen colaborar en “Laberinto” (1996), de Miguel Bosé? Y ¿Cómo fue ése primer encuentro?
-Colaborar en “Laberinto” (1996) fue consecuencia de estar de gira con Miguel en aquella época. Recuerdo que Javier Quilez (bajista y director musical, en aquel entonces, de la banda de Miguel Bosé) vino al localito que tenía en unos locales que se llamaban “La Nave” y me hizo una “prueba”. Al parecer la superé porque hice la gira con Miguel.
Antes de conocer personalmente a Miguel, tenía mis reservas respecto a él porque no le conocía, y hay gente cuyo deporte favorito es criticar. Afortunadamente hice oídos sordos de los comentarios que me llegaban y pude comprobar que Miguel es una persona excepcional.
El trato y el cariño que recibimos TODOS durante la gira fue exquisito. Se preocupaba por nosotros y nos tenía en cuenta para todo. No tengo la menor queja de la época en la que estuve con él.
03.En el álbum “Laberinto” (1996), colaboró a la batería en “Este mundo va”, “Amor entero” y “Nunca sabré”. ¿Cómo transcurrieron las sesiones de grabación?
-Fue una gran experiencia para mí. Estaba el productor en el control de Cinearte y me pidió que tocara todo menos el bombo, que estaba programado y quería ese sonido en concreto. La verdad es que era la primera vez que me pedían algo así y me costó. Parece increíble (no sé si ahora costaría menos… espero que sí… jajajajajaja), pero acostumbrado a sentir como un “todo” cada uno de los elementos de la batería, eliminar algo con tanto “peso” como el bombo, se me hacía complicado. Se me hacía rarísimo no usar el bombo. De hecho quité el pedal porque si no habría sido complicado no caer en la tentación… jajajajajaja.
Para mí esto fue lo más notable de aquel día. Por supuesto había muy buen ambiente durante la grabación y todo transcurrió de forma amable y relajada. Una buena experiencia sin duda alguna.
04.El co-productor Sandy McLelland tocó las programaciones en esas canciones, involucrándose además a los teclados, batería, percusión… junto con el productor Ross Cullum a los teclados, guitarra, batería… ¿Qué aportaron al álbum y cómo eran bajo su dirección?
-Cuando yo grabé los temas ya estaba «todo hecho”. Los temas ya “sonaban” y estaba todo clarísimo. Tocar encima de algo así es muy sencillo. No tienes que “imaginar” cómo sonará el resultado final.
Supongo que el grabar baterías “acústicas” fue para dar un toque más humano en estos temas. Recuerdo que Pedro Andrea también grabo guitarras en esta sesión.
05.¿Cómo ve el álbum después de 17 años?
-¡¡¡¡17 años!!!! Madre mía. Es cierto que el tiempo vuela… Lo cierto es que cuando escucho los temas en los que grabé noto una sensación en el estómago. Recuerdo con mucho cariño aquella grabación y la gira con Miguel (que transcurrió en España y América… fue larga e intensa. Muy interesante. Un regalo haber tenido la oportunidad de participar en ella). Creo que escucho los temas y se me dibuja una sonrisa. Especialmente me pasa con “Este mundo va” que tiene un algo que me toca y remueve.
06.¿Cómo es Miguel Bosé como persona y músico? ¿Qué cualidad destacaría de él?
-Como ya te dije antes, no sólo no tengo queja alguna, sino que el trato fue siempre tan amable, cordial, tan cercano que te hacía sentir cómodo. Es súper cariñoso y siempre quería que nos reuniéramos. En América íbamos a cenar todo el grupo con él (siempre invitaba, es muy generoso) y si no íbamos fuera, nos llamaba para reunirnos todos en el hotel. Además es una persona culta y se puede hablar de cualquier tema con él. Y me resultaba sorprendente que si le preguntaban en una entrevista por sus proyectos, o por los conciertos, o cualquier aspecto de la gira, siempre nos incluía a todo el grupo. Siempre hablaba en plural. Esto me parece muy considerado por su parte y un detalle de reconocimiento hacia el trabajo de todos los que allí estábamos que, por desgracia, pocos artistas tienen en cuenta (algunos sí).
07.¿Porqué no ha habido más posibilidades de que usted trabajara más con Miguel Bosé?
-Bueno, quiero pensar, y creer, que las cosas ocurren en su momento y por algún motivo. Si no he continuado con él es porque “así tenía que ser”. Evidentemente hay factores que no dependen de uno mismo. El director musical es pieza clave en este tipo de decisiones. Pero de haber continuado con Miguel, probablemente no habría podido hacer muchos de los otros trabajos que me salieron después de su gira. No hay mal que por bien no venga…
08.¿Cómo ve la evolución artística de Miguel Bosé?
-Bueno, aquí entramos en un tema de gustos personales. Yo me quedo con el Bosé de “XXX” (1987), o “Bajo el signo de Caín” (1993), pero… sobre gustos…
09.Repasando sus colaboraciones, ha estado muy ligado a Duncan Dhu, para sus álbumes “Supernova” (1991) o “Directo Teatro Victoria Eugenia” (1994). ¿Cómo recuerda aquella etapa, junto a Mikel Erentxun y Diego Vasallo?
-Fue otra etapa importante en mi trayectoria profesional. Era un momento muy alto en la carrera de Duncan Dhu (la gira del disco “Autobiografía” -1989-). Tanto Mikel como Diego siempre me trataron con mucho cariño y respeto. Y en la oficina (Get in) el trato era fantástico (Iñigo Argomaniz era, y creo que sigue siendo, el director. Muy buena gente y muy honesto). Creo que ha sido la etapa en la que más he salido después de las actuaciones… jajajajajajajajaja. Tengo recuerdos muy buenos de aquella época.
10.¿Cómo ve el regreso de Duncan Dhu?
-Sinceramente no puedo opinar sobre esto. Si ellos han visto viable el volver a los escenarios y retomar Duncan Dhu, creo que tendrán sus motivos y sus expectativas. No niego que para mi Duncan Dhu tuvo su momento y no tengo la menor idea de qué acogida pueda tener hoy en día pero… todo es ver lo que ocurre. Por supuesto les deseo el mayor de los éxitos.
11.¿Tiene constancia de que volverá a trabajar con ellos? -si es que no- ¿Le gustaría?
-No, nadie me ha propuesto trabajar con ellos de nuevo. De hecho creo que es el batería original el que está haciendo los conciertos. Creo que la idea es retomar los Duncan Dhu iniciales. No creo que haya cabida para músicos “contratados” (salvo que en los directos necesiten algún teclista o similar para “reforzar”. No sé si va alguien más con ellos en las actuaciones).
12.En 1998 se edita uno de los álbumes que catapultó al asturiano Hevia al éxito, con su primer trabajo “Tierra de nadie”. ¿Cómo fue aquella grabación?
-Sí, recuerdo que hubo un trabajo de pre-producción importante en casa de Javier Monforte (el productor del disco). Fui a su casa a escuchar los temas y las ideas que sobre las baterías él tenía en mente. Grabamos en Kirios en una sala inmensa. Todo fue tranquilo durante la grabación. Creo que luego hubo serios problemas entre Javier y Hevia pero por temas ajenos a la grabación en sí.
13.Quisiera destacar su participación en “De un lugar perdido” (2001), el cuarto álbum de estudio de Antonio Vega. ¿Cómo fueron las sesiones de grabación, entre octubre de 2000 y enero de 2001?
-Pues he de decir que fue bastante dura la grabación de aquel disco. Primero porque eran sesiones nocturnas y eso de cambiar los horarios no es algo que a mí me resulte cómodo. Y fue duro también porque, según yo (y después de haber ensayado durante dos semanas para grabar el disco -algo que no había hecho hasta entonces y que no he vuelto a hacer-), los temas estaban como para llegar al estudio y grabarlos casi a la primera toma pero… ¡qué va! nada más alejado de la realidad. Creo que hubieron factores que hicieron de aquella grabación un autentico martirio. Y luego, una vez conseguida la toma que el productor consideraba correcta, venía Antonio y cambiaba estructuras, o cosas por el estilo.
Se me hizo todo demasiado anárquico y he de confesar que llegó un momento en el que sólo quería terminar ya con ese proyecto porque no me estaba aportando más que mal rollo. Más sincero no puedo ser…
A pesar de todo, oigo el disco, recuerdo a Antonio y…
14.¿Cómo era Antonio Vega en el estudio de grabación?
-Coincidí poco con él. Se pasó en tres o cuatro ocasiones en las que yo estaba en el estudio. El problema es que él estaba en una etapa bastante descontrolada y… eso no ayudaba. Siempre le he admirado mucho y creo que ha sido un referente del pop en España, pero la espiral de autodestrucción en la que entró… Una lástima, la verdad.
15.¿Qué anécdotas me podría explicar de la grabación, junto a los músicos Billy Villegas, Gino Pavone, Basilio Martí, Carlos Raya, Nacho Béjar y por supuesto Antonio Vega?
-Pues más o menos lo que te comentaba anteriormente. No entendí por qué el productor estaba más pendiente de la pantalla del Protools que de lo que escuchaba. No ha sido una de mis experiencias favoritas. Pero el resto de los músicos… ¿qué decir de ellos si son sobradamente reconocidos en el mundillo? Excelentes músicos. Allí todos intentábamos dar el 1.000%. Qué más se puede pedir…
16.¿Cómo fue su paso y colaboración con Rosendo, uno de los guitarristas legendarios de nuestro rock en castellano?
-Con Rosendo viví una experiencia fantástica. Es una persona AUTÉNTICA. Integro y humilde. Me encantó tocar con él. Eran conciertos muy divertidos. Luego, al volver de las actuaciones, escuchábamos en la furgoneta la grabación del concierto y comentábamos cosas. Fue genial.
Una vez más he de decir que me trató de lujo y me sentí súper a gusto en todo momento. Además era un “reto” porque tocábamos a trío y con Rafa, el bajista, lo pasaba genial.
Una suerte tocar con él, (con ellos). Un lujazo.
17.¿Qué ha significado para usted, formar parte del musical “We Will Rock You”, en 2003?
-Fue entrar en un mundo desconocido para mi, el de los musicales. No me gustan los musicales (aunque luego he participado en otros… jeje). Pero claro, un musical como We Will Rock You, o, posteriormente, Forever King of Pop, donde la música es de una calidad apabullante pues… facilita mucho las cosas a la hora de encontrarte a gusto haciendo tu trabajo.
Fue todo un orgullo que los propios miembros de Queen eligieran la banda sin conocer para nada nuestra trayectoria musical. Mike Dixon, el director musical en Londres, estuvo trabajando exhaustivamente con nosotros y es una persona y un músico excepcional. Luego Brian May vino bastantes veces a tocar con nosotros. Creo que la banda sonaba de muerte (de bien, ¿eh? jajajajajajaja).
Una suerte poder haber disfrutado de aquella experiencia.
18.¿Qué canción le gusta más tocar de Queen? y ¿por qué?
–“Who wants to live forever”, “Bohemian Rhapsody”, y “Show must go on”. Son temas que me ponen los “no-pelos” de punta. No sé, tienen algo especial para mí. Me encantan. En “Who wants…” el arreglo de cuerdas me parece maravilloso y disfruto oyéndolo, aunque la batería de ese tema sea hiper simple. Y los otros dos temas,
“Bohemian…” y “Show must go on” son unos temazos los mires por donde los mires.
19.Recientemente se ha ido de gira durante dos años con el espectáculo “Forever King Of Pop” (homenaje a Michael Jackson). ¿Cómo ha sido la experiencia?
-He de confesar que yo no era “fan” de Michael Jackson. Había temas que me parecían fantásticos y a él le valoraba como un artista fuera de lo común. Pero entrar en el musical, conocer más su música y su persona… me cambiaron (a mejor) el concepto sobre él. Tiene temas que son brutales de buenos. Y el cantaba y bailaba que era un disparate. Un artistazo con mayúsculas.
Otra cosa es la gira del musical en concreto que… bueno, con decir que me auto-despedí (a pesar de no tener ningún otro proyecto a la vista) creo que lo digo todo… Eso sí, toqué con músicos, cantantes y bailarines fantásticos. Como profesionales y como personas.
20.Con todas sus anécdotas, acontecimientos y encuentros con grandes artistas, ¿tiene pensado editar un libro con su experiencia como batería?
-Jajajajajaja, no, no, para nada. No me atrevería a semejante cosa. Eso son palabras mayores. No me veo escribiendo un libro de “batallitas” de gira… jajajajajaja. No es lo mío.
21.¿Qué canción le gusta más tocar de Michael Jackson? Y ¿Porqué?
-Todas, de verdad, pero hay temas como “Smooth Criminal”, “Beat it”, o “Thriller” que… pufff… son una pasada. Es que, aparte de que me gusta oírlos, son divertidos de tocar. Pero disfrutaba de todos los temas que tocábamos en el musical, sin excepción. Su música es de “10”.
22.Músicos, seguidores, público, críticos musicales y revistas prestigiosas avalan su reconocimiento a su labor. ¿Cuál es su secreto?
-¿Mi secreto? Madre mía. Yo no tengo secretos. Estudio todo lo que puedo tooooodos los días. Y, sinceramente, creo que no sé nada, que tengo mucho, muchísimo por aprender, mucho camino por recorrer. Ganas no me faltan. Me gustaría un profe al que acudir con los ojos cerrados y que me corrigiera todo lo que he viciado durante años.
23.De los artistas con los que ha colaborado, ¿qué álbum le emociona más? ¿y por qué?
-Creo que cada disco, cada DVD, cada trabajo que dejas grabado, tiene su carga emocional y su importancia. Cierto que, en ocasiones, aspectos a veces exteriores a la propia grabación, le dan un “nosequé” especial a ese trabajo en concreto, pero no sabría decirte uno en concreto. Todos tienen su valor, aunque sólo sea como parte de mi trayectoria musical.
24.¿Con qué artista le gustaría colaborar?
-Con cualquiera que trate a los músicos dignamente y reconozca que son importantes en el resultado final. Y, por supuesto, hay muchos artistas con los que me gustaría colaborar (algunos no son españoles).
25.Dedica parte de su tiempo a la docencia… ¿Cómo ve el panorama musical en la actualidad, los medios de comunicación ayudan a la divulgación de la música y qué futuro le depara?
-El panorama musical, al igual que el cultural en general, está atravesando una etapa bien crítica en este país. Está claro que la cultura es algo que no les interesa a ciertos políticos. Nunca he pensado que la piratería sea parte del problema. El problema, según yo, es la mala gestión que se ha hecho desde los estamentos más altos (políticos, discográficas, etc, etc.). Hay músicos que no ayudan a que el “mundo de la música” sea todo lo respetable que debería ser (o esa es mi opinión).
Espero que esta etapa pase pronto y vayamos a mejor porque a peor… complicado está ir a peor.
26.¿Qué le depara a Ángel Crespo en este 2013 y 2014?
-Aunque estoy “razonablemente tranquilo” de momento el único proyecto que tengo de cara al 2014 es una gira en Argentina (de casi un mes) con Ana Belén en el mes de Marzo. Esperemos que se lleve a cabo porque… nunca se sabe, y menos cuando aún quedan unos meses por delante. Antes no tengo ofertas y después… ya se verá.
De momento puedo centrarme en estudiar que es algo que me viene bien. Ojalá surjan buenos y grandes proyectos en un futuro cercano.
Desde kaosenlared, quisiera agradecer su aportación a la música, con esfuerzo y dedicación y transmitirle mi admiración hacia su talento. Un abrazo muy afectuoso.
-Muchísimas gracias a ti, Joan. Un placer contestar a tus preguntas. Y, una vez más, agradecer la deferencia que has tenido conmigo para considerar interesante hacerme una entrevista. Muchas gracias y un abrazo.
¡Fortuna y salud!
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