
Lo último de Andrea Camilleri
Por Iñaki Urdanibia
En julio del año pasado fallecía en Roma el escritor siciliano, en junio se había publicado por acá una novela suya situada en la imaginaria Vigàta ( Allá en Vigàta – Kaos en la red ) . Camilleri en sus novelas hacía revivir el pasado de Sicilia, suponiendo tal ubicación que el valor de su región entrase en la historia y más en concreto en el género negro: Este toque de regionalismo y el ocurrente carácter de sus historias hizo que sus obras invadieran el mercado y las ventas hicieron que su nombre traspasase las barreras del género mentado para ampliarse a la generalidad de aficionados a la lectura; siempre habrá crítico críticos, con pretensiones elitistas, que trataron de arrinconarle colando sobre sus novelas la etiqueta de literatura comercial ( a lo que podría añadirse aunque a estas alturas…las pretensiones de quienes consideran el género policíaco y similares como de inferior categoría ).
Publicando sus primeros textos tras la segunda guerra mundial , teniendo que esperar su primera novela hasta 1978, editada por su cuenta, y a partir de ahí un éxito y una suma amplia de nuevas novelas publicadas y vendidas; su escritura sobrepasó los pretendidos límites de la sicilianeidad para lanzarse a pagos más amplios de aceptación , lo que fue facilitado por su escritura eficaz, que se desarrolla por secuencias que van retratando a los personajes, entre los cuales destacó con luz propia el célebre Montalbano, a la sombra inspirador de Manolo Vázquez Montalbán a cuyo nombre recurrió a la hora de bautizar a su simpático y atractivo investigador, a lo que se ha de añadir en su haber – digo en el del escritor- su afilado sentido del humor, que se deja caer como si nada, y su estilo un tanto despojado, que huye de abalorios. Es claro que su escritura no se acaba en Vigàta y en Montalbano ya que varias de sus novelas han hurgado en la historia siciliana con temática policiaca…
Pues bien, ahora se publica una novela inacabada en la que no aparece el famoso investigador, ni tampoco la localidad de la que he hablado; es más la novela tiene como escenario Roma con ciertos balanceos milaneses. « Km 123 » ( Destino, 2020). Una novela trepidante cuyas páginas llaman a las siguientes sin remedio y sin pausa ya que la curiosidad se va adueñando del lector desde el inicio cuando las llamadas de Ester no son respondidas por Giulio, la causa de la falta de respuesta es debida a que el señor está grave en un hospital debido a un accidente de tráfico que tuvo lugar en el punto kilométrico, que da título a la novela, de la Vía Aurelia de Roma; al final el teléfono es descolgado por la mujer del herido, Giuditta, que no conoce a la tal Ester y, por supuesto, nada conoce de las andanzas de dicha mujer con su marido. Diferentes tipo y tamaño de letra van completando la escena, con mensajes de la víctima, con noticias de prensa sobre el accidente, con interrogatorios, informes y conversaciones policiales que nos llevan de un lado para otro en lo que hace a las sospechas acerca de si el accidente ha sido fruto de la casualidad o provocado intencionadamente por otro vehículo; el caso es encargado al perspicaz inspector de la policía criminal Attilio Bongioanni que se las verá y se las deseará para desentrañar el embrollo, al igual que le ocurrirá s los lectores que acompañen el zigzagueo investigador. Las cuitas de Ester son contadas a su confidente Maria, que vive en Milán , que está al corriente de los amoríos de su amiga y de algunos engaños de su amante…La cosa se complica al producirse un accidente de metro con resultado de muerte de un señor que cayó a las vías, y a causa del descubrimiento de algunos negocios inmobiliarios que hacen que el implicado, que ha sido denunciado lisa y llanamente por quien menos podía esperárselo, huya siendo aprehendido en la frontera cuando trataba de escapar a la justicia…Como digo, la curiosidad acerca de la continuación y el esclarecimiento de los hechos, y sus responsables, que responden al mecanismo propio de las carambolas hace que no se pueda dejar al libro hasta el final…que da un giro sorprendente inesperado con supuesto suicidio o accidente en el mismo , y fatídico, kilómetro 123 de la misma Vía nombrada.
Se cierra el volumen con unas anotaciones realmente lúcidas del escritor acerca de los romanzi gialli, color, el amarillo, referido a las portadas de las novelas negras, que en el caso italiano lucían del color giallo, apuntes que resultan unas sagaces lecciones acerca del género nombrado y sobre los elogios y otras opiniones, y obras, de diferentes escritores ( Gadda, Sciascia, Hammett, Chandler, Gide, Céline, Simenon…o Gramsci. Y varias afirmaciones fuertes: « para saber hoy cuál es la situación socioeconómica de Suecia o para conocer los problemas de España, los gialli de Henning Mankell y de Manuel Vázquez Montalbán sirven menor que un dogmático ensayo reservado a especialistas» y la segunda, que complementa la anterior: « la mejor defensa del color amarillo consiste en la propuesta de la abolición , en literatura, de este color».