
Imagen de portada óleo de Hans Bächle
Que el mundo de las grandes fortunas controla a los gobiernos de todo el mundo, lo saben hasta los niños de primaria si tienen la suerte de tener padres inteligentes. En ese caso, les habrán contado a sus hijos que los dueños de los tesoros del mundo disponen de elementos defensivos militares y policiales, pero estos los reservan para situaciones límite. Entre tanto, en lo que se llama “normalidad cotidiana”, disponen de elementos civiles como los jueces, los obispos y los cardenales que junto a los diputados conservadores en los Parlamentos, los expertos en tecnología para el control de masas, y los medios de comunicación, entre otros, se ocupan de proteger a los dueños del oro de las apetencias populares por conseguir que el pastel del mundo se reparta con justicia. Todos ellos son los anticuerpos sociales intelectuales que arremeten ferozmente contra cualquier forma de pensamiento que pueda cuestionar, debilitar o bajar a sus jefes de sus poltronas. Para ellos el pensamiento alternativo es un virus intelectual peligroso que amenaza el cuerpo social y contra el que hay que actuar lo mismo que un anticuerpo ante un virus cualquiera.
Qué oír y qué ignorar
El trabajo de este verdadero ejército civil para el control mental es crear en las masas el estado de opinión y de conciencia precisos para que desconfíen de quien diga lo contrario a “lo que se debe oír”. Y lo que “se debe oír “es tan simple como ellos mismos: que nada cambie. Que nada cambie para que sigan engordando las cuentas corrientes, el ego y el prestigio de los dueños de los tesoros de la humanidad producidos por la misma humanidad a la que se le arrebatan, y a lo que debe añadirse el control sobre lo que se debe pensar. Este es el trabajo sucio de los anticuerpos sociales, que de esa manera esperan lo que todo mercenario espera: la soldada.
Estos militantes activos, insomnes y cansinos del internacionalismo capitalista y clerical y del patriotismo de salón se encuentran diseminados, hay que repetirlo a los niños de la casa para que no lo olviden, en el mundo de la política, las religiones oficiales, el policial o el judicial lo mismo que en el mediático, o entre el profesorado de todos los niveles. Y es debido en gran parte a sus intervenciones machaconas unidireccionales que los partidarios de lo alternativo y los defensores del espíritu libre son mirados con recelo por millones de personas en toda la Tierra.
¿Qué pretenderán esas gentes?
¡ Vaya usted a saber qué pretenden esos tipos que defienden la energía limpia y gratuita o el veganismo, que se oponen a las guerras, al trabajo esclavizante de niños y adultos, a la igualdad de género, a los gastos militares a la caza o a las corridas de toros!… ¿ Qué buscarán los que defienden las nacionalización de los bancos, la limitación de la posesión de riqueza, la supresión de los paraísos fiscales o que el clero debe pagar impuestos y dejar de ser mantenido por el Estado? ¿Qué eso de decir que un rey no tiene legitimidad democrática si no es elegido por la ciudadanía, o que todos debamos disponer de una renta básica que nos permita vivir con dignidad o disponer de hospitales y centros de enseñanza públicos y de calidad? ¿Qué clase de virus son estos que amenazan al mundo?
Los niños sabrían la respuesta si…
Las circunvalaciones cerebrales de los pequeños torquemadas del Sistema entran en erupción pestilente cuando alguien habla todas estas cosas y otras de esa índole, pues ¿ quién les asegura que esos virus no muten y se extiendan sin control?…No pasaría nada si fuese tan solo un conflicto entre modos de ver la vida colectiva, pero como vemos que el orden del mundo es un peligro para la humanidad y para la vida en el Planeta, estamos ante un grave dilema, habría que decirles a los niños en edad de pensar: ¿Aceptamos ese orden o lo rechazamos y buscamos cambiarlo?… Y los niños sabrían la respuesta si tienen la suerte de tener padres inteligentes. Y deben saber esas respuestas porque están próximos a experimentar en sus propias vidas que no les conviene ignorarlas.
No pueden entender los niños a partir de la edad de pensar, que una persona sola tenga todo el dinero de todos los demás, y que estos deben obedecer, someterse y callar para que ese 1 %, viva feliz y prospere a costa del sufrimiento de todos los otros. Sobre todo no pueden entender con facilidad que justo esos 99 de cada cien creen la riqueza que se lleva limpia una solo de ellos.
También a los ojos de un extraterrestre esto debería parecer tan increíble como insostenible. Increíble, no sé; insostenible, desde luego; antinatural, cien por cien. No es natural que una irrisoria cantidad de humanos disponga de un Planeta. Pero para que tal cosa sea admitida como razonable, y admitida como cosa normal están los anticuerpos del control mental, las hormigas-soldado, del Sistema de dominación siempre al acecho para que ningún virus alternativo provoque su colapso.
Memorias a respetar
A diario ponen en marcha las varias amas de llave del castillo Sistema infinitos recursos para evitar que sean familiares y bien aceptadas las voces de gentes que tantos tenemos en la memoria por su lucidez crítica y su defensa sin medias tintas de la igualdad, la libertad, la paz, la justicia, la fraternidad, la verdad, la unidad, la ecología, los derechos de los animales, y la necesidad el amor como motivador de nuestros actos; todos esos valores que definen a una verdadera civilización, cuyo orden en nada se parece al que hoy se nos quiere hacer pasar por tal mientras. Entre tanto, vemos como el que tenemos aún va mutándose lentamente hacia su extremo más dañino para los pueblos: el neofascismo emergente.
De nuevo estamos ante la casilla de salida de la historia de nuestros abuelos. Respetemos su memoria.