
Michel Onfray lee a George Orwell
Por Iñaki Urdanibia
<< Lo que realmente resultó impresionante en la visión de Orwell no es tanto su retrato del totalitarismo existente, sino su advertencia de que ello pudiera suceder entre nosotros >>
( Noam Chomsky)
Habitualmente las lecturas de Orwell se suelen considerar como potentes criticas contra los llamados totalitarismos, más en concreto hacia los que sacudieron el pasado siglo: el nacionalsocialista y el estalinista; no han faltado, no obstante, las voces que han incluido en las críticas otros sistemas, como el capitalista en su fase consumista y de economicismo desatado ( ahí están el nombrado Chomsky, Claude Lefort o Jean-François Lyotard, por limitar la lista a unos pocos). Michel Onfray , en un balanceo entre lo apocalíptico y lo integrado ( como se verá con valores pasados)- por emplear la distinción de Umberto Eco- avanza, si su maestro lo hacía con el martillo- armado con su guillotina ( es una manera de hablar que ) , su bulldozer presto a una demolición generalizada, utilizando por momentos el recurso a la sal gruesa, a la brocha gorda, al rompe y rasga, y…si algo no cabe se emplean el calzador y la vaselina simplificadores y amalgamadores , para que el CQFD ( ce qu´il fallait démontrer) funcione debidamente. En esa tarea de echar lastre y desmarcarse de unos y otros – que ya anteriormente se dejaba ver en sus anteriores y numerosas obras – Onfray parece conducirse hacia su soledad y la posesión exclusiva de la razón, que çel la presenta como la del pueblo…¡ay!
Tras marcar el tono que a nadie que frecuente los libros e intervenciones del filósofo sorprenderá, paso a centrar la mirada en la lectura de « Théorie de la dictadure» ( Robert Laffont, 2019). Onfray entrega una teoría de la dictadura que deduce de 1984, y una teoría de la revolución que basa en Rebelión en la granja; ha de añadirse a ello un texto que abre el volumen que sirve ya para hacer boca: Orwell et l ´Empire maastrichien. He de señalar en honor a la verdad que el spoiler que hace de las dos obras orwellianas se ajusta a la letra y al espíritu de éstas .
De entrada, en Orwell et l´Empire maastrichien, penetra en el curso de la historia y traza a grandes líneas el tránsito desde el soberanismo francés defendido por De Gaulle al abandono de tal posturas a través de la americanización llevada a cabo a través de Valéry Giscard D´Estaing y los posteriores devaneos de Mitterand, Chirac, Sarkozy, Hollande. Señala el puenteo que se hizo en tierras hexagonales de los resultados del referéndum sobre la aceptación o no del tratado de Maastrich, al variar el resultado que se había dado en las urnas por los manejos del parlamento; esta estafa hizo que Francia pasase a desdibujarse en un todo estatal / imperial paneuropeo, lo que significa que las decisiones que se toman quedan lejos de los ciudadanos, franceses en concreto. No le falta razón a Onfray, que aprovecha la ocasión para incidir en la política de embellecimiento que , con el beneplácito de De Gaulle, se hizo del PCF, lo que de paso suponía el silencio o el embellecimiento también de los desmanes que se cometían en la URSS y de paso en otros lares bajo la batuta de la dicha patria del socialismo; subraya el enorme papel jugado por el pacto germano-soviético que hizo que los militantes comunistas franceses tardasen en unirse a la Resistencia; resulta superior a sus fuerzas puntualizar, de una manera un tanto vil a mi modo de ver, la lucha y muerte de Guy Moquet.
Su posición libertaria es puntualizada al desmarcarse del hegelianismo de Bakunin y Kropotkin ( nada digamos de Marx), y la sitúa en la onda de Camus / Orwell, y a través de tal mirada propone una definición, una especie de denominador común, de las acciones que suponen la propiedad de una dictadura: destruir la libertad, empobrecer la lengua, abolir la verdad, suprimir la historia, negar la naturaleza, propagar el odio y aspirar al Imperio.[ Aun aceptando las características señaladas, el funcionamiento definitorio de Onfray resulta algo abusivo en lo que hace a cierto resabios anacrónicos, al hallar , por encima de las épocas históricas, cierta idea (al modo de las platónicas, moldes)sobre la dictadura llegando a nombrar la China de los siglo XII y XIII u otros momentos históricos…resabios que hacen recordar las simplificaciones presentadas en otras ocasiones: afirmando, por ejemplo, que el capitalismo había existido ya desde los tiempos de la Roma clásica…Ricardo, Smith, o Marx y sus análisis pura filfa, etc., etc., etc.].
Si su repaso histórico resulta aceptable, su explicación de los cambios filosóficos en concordancia con los intereses del poder, resultan simplificadores hasta la obscenidad: así que los nouveaux philosophes sirvieran a los cambios de Giscard d´Estaing, al enfrentarse contra el comunismo y – dicho sea al pasar – a cualquier forma de rebeldía, el papel que Onfray otorga al estructuralismo y a su herencia, post ( moderna, estructuralista) y deconstruccionista resulta infumable se mire por donde se mire ( me resisto a transcribir las afirmaciones vertidas en las páginas 18 y 19 , más tarde retomadas en la Conclusión: en donde se simplifica con lecturas que si no fuese por la mala fe, podría atribuirse a lecturas solapadas, o de solapas…en ellas se resume la obra de Foucault con sus posturas sexuales, la de Deleuze por su concepción de la racionalidad…) [ en este orden de cosas usar como argumentos de fuerza el que los Glucksmann, Bernard-Herni Lévy o Clavel fuesen recibidos por monsieur le président roza la bobadica; del mismo modo que afear la French Teory! Por el éxito obtenido en algunos campus universitarios de los USA…s´il vous plaît!].
Lo dicho no quita , reitero, para aceptar sin pestañear sus críticas al poder maastriciano, y el monopolio de sus medios de comunicación que se dedican a vender las mil y una maravillas del proyecto europeo, como único mundo posible…le meilleur des mondes possibles. En este orden de cosas la tesis fundamental que recorre el libro es que el « Imperio maastrichiano es una de las formas adoptadas por la sociedad totalitaria descrita por Orwell» y son dignas de ser tenidas en cuenta por cualquiera que piense que el futuro puede ser cambiado o al menos deseado ( propaganda, mentira adoctrinamiento, calumnia, difamación, intoxicación, represión policial, basada en la presunción de culpabilidad, tal vez se debería haber añadido que además de estas medidas supra-nacionales – que raptan la soberanía de las naciones, con decisiones tomadas en Bruselas, en Paris versus provincias, de donde el elogio de los girondinos en el caso de la revolución francesa- el problema más antidemocrático resida en que las medidas sean tomadas no por la expresión en las urnas de la voluntad popular sino por los poderes financieros y otros, a los que nadie vota…a no ser los accionistas mayoritarios).
La lectura de 1984 le lleva a entregar la teoría de la dictadura, mostrando la inspiración , y las muestras, en los casos del totalitarismo nacionalsocialista y marxista-leninista ( sic!), extendiendo la práctica totalitaria a nuestras sociedades dichas democráticas ( resuenan las aseveraciones leninistas acerca de la democracia burguesa como dictadura del capital o su definición como capital-parlamentarismo por Alain Badiou). El resumen, como queda dicho, del libro resulta probo, y también los señalamientos y paralelismos, tanto en lo que hace a hechos como a personajes históricos, que destaca Onfay en los casos visitados en los que desvela los puntos con los que se define la dictadura que anteriormente he enumerado.
Posteriormente pasa a resumir Rebelión en la granja, y enlaza con las lecciones extraídas de tal obra acerca de la revolución, como acto que siempre tiende a su negación, a su traición, etc. Desentraña las caricaturas usadas por Orwell , poniéndoles nombre y fecha en algunos casos.
Tras eso , pasa a la Conclusión ( le progressisme nihiliste) que iniciándose con un retrato de las actuales sociedades ( con tonos de Apocalyse noww!) y el control que padecemos los ciudadanos ( móviles, pantallas, redes sociales…toda una trama que se constituye en una panóptico generalizado) con lo que las libertades quedan recortadas por todas las esquinas y el control se trona omnipresente. Pasa posteriormente a destacar algunos aspectos que se impone una especia de neolengua que vacía la lengua, y aquí hace unas reivindicaciones que la verdad es que resultan un tanto sorprendentes ( elogio de la memorización de la historia, de las tablas de multiplicar, etc.; elogio igualmente de la lengua tal y como se emplea más allá de las teorías acerca del lenguaje inclusivo, que para él resultan pura filfa), si bien resultan certeras, a mi modo de ver, algunas salpicaduras que hace con respecto a las llamadas lecturas juveniles que muchas veces parecen dirigidas a bobos, al tiempo que tales versiones, en el más de los casos, no hacen sino tergiversar el quid de las obras rebajadas. Algunas afirmaciones acerca de la verdad chirrían por los cuatro costados: así el indebido uso del término extrema derecha, que más que nada parece un intento por embellecer al FN o sucesores, los dardos envenenados se dirigen igualmente hacia Chomsky su gramática generativa, y por el supuesto todo vale que Onfray atribuye injustamente en concreto a Delueze y Foucualt…Se tergiversa y devalúa la historia según su severo diagnóstico, y se niega la naturaleza y las razas ( resic), para ello pone como ejemplo punta: la teoría de género que ignora la biología para moverse en un nivel meramente cultural, resultando que sus iluminadas precisiones caen el la ignorancia de la cultura en beneficio de la mera interpretación biologicista ( ¿ uno se pregunta en ciertos momentos si el quehacer onfrayano- la escritura y sus frecuentes intervenciones públicas- serán pura biología?)…De todo ello la faute c´est à, además de a los ya nombrados, al gauchisme en general, al progresismo, y como avanzadilla de todo ello a los ya nombrados postesturalistas y yerbas afines…En fin, me da por pensar que la mezcolanza entre defensores del statu quo y sus críticos ( en este caso los postestructuralistas, etc.) resulta francamente exagerado e innoble, resultando que sus argumentos – por denominarlos de algún modo bondadoso- coinciden con las posturas más rancias de la ortodoxia de izquierdas más inquisitorial y rancia, además de con los néo-réacs tantas veces denostados por él, con todos aquellos, que de uno u otro modo, han predicado le rétour à l´ordre: desde Habremas a Ferry & Renaut, a todos aquellos que, en la France, se sintieron obligados a declararse no-nietzscheanos.
Sin entrar en mayores y partiendo de la afirmación nietzscheana de que la serpiente si no cambia de piel muere, añadiré que il faut pas exagérer y que los cambios de valoración y rumbo a veces parecen rozar el delirio de una veleta desnortada; y me explicaré.
1) Partiendo de que Onfray aplica su teoría de hapax exitencial, la vida y compromiso de algunos de los criticados parecen apuntar contradice cualquier veleidad con respecto al poder. Es más diría que el penser autrement , reivindicado por Foucault, supone en sus diferentes vertientes una puesta en solfa de las verdades heredadas e impuestas por los poderes dominantes tanto en el campo de la historia, como de la filosofía , como de la antropología, etc. Si se interpreta, y no hay otra, que la labor post como crítica radical de los esencialismos metafísicos, la afirmación de cierto perspectivismo propio de la mirada humana, y la labor de desmontar las narraciones legitimadoras del poder…no hay descalificación posible a quienes abrieron la puerta a miradas contrarias al racismo y el etnocentrismo ( Levi-Strauss), a la defensa institucional y domesticadora de las sociedades de control ( Deleuze y Foucualt)…tacharlos de connvivencia con el poder, con los poderes.
2) No coinciden con las valoraciones del normando en el terreno del que hablo algunos teóricos de pro del anarquismo; pueden verse algunas obras en este sentido: de Tomás Ibañez, Anarquismo en movimiento / Virus, 2014; pp. 95 et ss.; o sus obras editadas en Gedisa: Municiones para disidentes y el reciente, Contra la dominación. También Daniel Colson quien en su recomendable Petit lexique philosophique de l´anarchisme. De Proudhon à Deleuze. Librairie Général Française, 2001 / incluye a algunos de los nombrados en el conjunto del anarquismo; o René Schérer quien en sus Nourritures anarchistes. L ´anarchisme explosé. Hermann, 2008 reivindica a Deleuze al igual que lo había hecho en otras obras en solitario y colectivas ( Foucault, Derrida y Deleuze…); o Cappelletti quien subraya las posturas libertarias de Foucault, Castoriadis o Pierre Clastres ( El futuro del anarquismo in « El Anarquismo y los problemas contemporáneos». Madre Tierra, 1992; pp. 103)…y no seguiré.
3) Contando con lo señalado en el punto anterior lo que sorprende más, es el sorprendente , o lo siguiente, cambio de valoración adoptada, o padecida, por Michel Onfray quien ensalzaba sin remilgos a quienes ahora despelleja sin medida: pueden verse algunos de los textos incluidos en su Anti-manuel de philosophie, la reivindicación de los ahora criticados en su Politique du rebelle en donde mantenía que cualquier páginas de las obras de éstos ( recuerdo que hablaba de Deleuze y Foucault) valían más que todas las cantinelas de los filósofos a la moda que copaban los platós de televisión…por no hablar de su Le Postanarchisme expliqué à ma grand-mère. Le principe de Gulliver. Galilée, 2012; pp. 75 et ss. , en donde se deshacía en elogios a la galaxia post…Foucault, Deleuze, Lyotard…valorando en lo que hace a los dos primeros el haber abierto las puertas al nietzscheísmo de izquierdas, por él adoptado… [ no creo exagerar si indico que su principio de Gulliver es deudor en gran medida de la revolución molecular y rizomática de Deleuze et Guattari].
En fin, y dejándome cantidad de cosas en el tintero ya que no hay que abusar, sí me atrevo a decir que si se suele hablar de pasarse de frenada en el caso de Onfray , y en el tema que señalo, sería más justo hablar de pasarse en acelerada , pasándose varios pueblos, en su afán por mantener un purismo con sucesivas vueltas de tuerca…que en algunos momentos hacen pensar en que en algunos aspectos opina que cualquier tiempo pasado fue mejor ( en el campo de la educación y en el de la utilización del lenguaje…cuando al pan, pan y al vino, vino) , y que, malgré-lui ( ?) , sus posturas resultan coincidentes con lo más conservador y retrógrado del panorama político y cultural hexagonal… en su afán en ir más allá que los demás en su carrera en pos de un anarquismo dandy, casi místico,, en el que el sujeto que responde al nombre de Michel Onfray, es el centro absoluto. FIN.