Obama ante Cuba: ¿gloria? manchada con la pena

 

Apenas unos días atrás, no vacilé ni un segundo en afirmar que estábamos de cara al triunfo de la sensatez frente a la Declaración conjunta Cuba-EEUU sobre temas migratorios dada a conocer el pasado 12 de Enero en La Habana y Washington, pues los Estados Unidos de América en lo adelante elimina la política especial de “pies secos-pies mojados” y el programa de admisión provisional (parole) para profesionales cubanos de la salud, en terceros países.

La oportunidad la aproveché para ratificar que he deseado/deseo que se pueda cumplir el sueño del cubano/a que anhele salir de nuestro país y radicarse en otro, sea por motivación ideológica, económica, profesional u otra; al tiempo que me acompaña la convicción según la cual edificar el Socialismo en la Mayor de las Antillas es un asunto voluntario, consciente.

Y en la misma ocasión no dudé en subrayar que me cuesta creer que alguien que presuma de defensor de la vida humana esté de acuerdo con el riesgo de dejar de existir en una empresa como la que felizmente acaba de ser suprimida por las Administraciones de los polos del Estrecho de la Florida; al paso que fustigué a la Junta Editorial del vocero de la delincuencia política de Miami por su berrinche ante la Declaración mencionada.

Sin embargo, en este minuto carezco de un entusiasmo similar.

Ha trascendido que EE.UU. acaba de imponer nuevas multas por violaciones del Bloqueo, toda vez que el Departamento del Tesoro estadounidense aplicó sanciones a la organización no lucrativa Alianza para una Política Responsable hacia Cuba (ARCPF, en inglés) y al banco canadiense Toronto Dominion (TD), por montos de 10 000 y 955 750 dólares, respectivamente.

En esa información consta que según la Oficina para el Control de Activos Extranjeros, entre Agosto de 2010 y Septiembre de 2011 la ARCPF coordinó viajes a Cuba de ciudadanos estadounidenses, que no clasificaban en las 12 categorías aprobadas para hacerlo; y que el TD realizó entre 2003 y 2011 transacciones a través del sistema financiero de Estados Unidos en beneficio de una compañía canadiense, que financió actividades comerciales en nuestro país.

Así, estamos en presencia de una acción atentatoria del espíritu civilizatorio que los Gobiernos de Cuba y EEUU han tratado de hacer tangible e, incluso, de la voluntad expresada por la comunidad internacional; al tiempo que la práctica revela que desde Diciembre de 2014, cuando La Habana y Washington anunciaron el inicio del proceso para normalizar sus relaciones, hasta la actualidad, el “Norte revuelto y brutal” ha multado a siete entidades estadounidenses y cuatro extranjeras por valor acumulado de dos mil 843 millones 623 mil 359 dólares.

Concluyo: al evaluar las últimas acciones del Presidente Barack Obama ante Cuba, no vacilo en ofrecer un saludo al Acuerdo migratorio firmado entre los dos Gobiernos con la misma fuerza con la que le otorgo un chiflido sonado a la persistencia del Bloqueo provocador de daños infinitos a cubanas y cubanos, norteamericanas y norteamericanos, y a terceros pueblos y naciones. Su ¿gloria? quedó manchada con la pena.

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