
Urdangarin no irá a la cárcel
Por Antonio González Aguayo
Por fin la semana pasada se conoció el fallo de la Audiencia de Palma sobre el caso Nóos. Hubo torrijas para todos, salvo para la Infanta, que quedó absuelta y encima le salió a devolver (la Justicia le devolverá 372.000 euros). Sin embargo, a su esposo, Iñaki Urdangarin, le cayeron seis años y tres meses de prisión. Al exsocio de éste, Diego Torres, ocho años y seis meses y a su esposa, Ana María Tejeiro, una multa de 344.934 euros. Al expresidente balear, Jaume Matas, tres años y ocho meses de internamiento con todos los gastos pagados.
¿Mucha condena a Urdangarin? Poquísima. Seis años son pocos para quien ha cometido prevaricación, malversación, fraude, tráfico de influencias y dos delitos fiscales. En total, más de quince millones defraudados a la Hacienda pública, que, supuestamente, pagamos todos. Fíjense. Este lunes, la Audiencia Provincial de Ourense condenó a una mujer a nueve meses de prisión por empujar a un policía y llamarle “mamahuevo”. Por supuesto, no entrará en prisión. Pero es que Iñaki Urdangarin podrá dormir en su palacete, cuando apenas lleve cumplidos dos años de condena. Ahora comparen los delitos.
De prisión incondicional a libertad bajo fianza
Este jueves, a partir de las diez y media de la mañana, tendrá lugar la famosa vistilla de medidas cautelares solicitada por la fiscalía anticorrupción. Se celebrará a puerta cerrada, sin periodistas, en la sede del Tribunal de Palma y en ella tendrán que estar de cuerpo presente los dos principales cabecillas de la organización criminal, Iñaki Urdangarin y su exsocio Diego Torres. El objetivo de la “quedada” no es otro que el de decidir si mandarlos ya a la cárcel o dejarlos libres hasta que haya sentencia del Tribunal Supremo. ¿A que seguro adivinan ustedes lo que pasará?
Primero vaya por delante nuestro respeto a la división de poderes, al Estado de derecho y a la figura de don Pedro Horrach, abogado y fiscal Anticorrupción de Palma desde 2006. Lo conocimos todos a propósito de los casos Andraitx y Palma Arena, con final feliz para el expresidente balear, Jaume Matas, al que sólo condenaron a seis años de cárcel, nueve de inhabilitación y multa por delitos continuados de falsedad documental, prevaricación y tráfico de influencias. Encima sólo estuvo en la cárcel nueve meses y la mayor parte del tiempo en la enfermería, a causa de una sordera bilateral sobrevenida con efecto selectivo (escuchaba mejor el tintineo de una moneda que al señor juez).
Sin embargo, en el caso Nóos, el fiscal Pedro Horrach mostró siempre un cierto reblandecimiento de su imparcialidad. Es como si pretendiera al mismo tiempo quedar bien con la ciudadanía y la Casa Real. Hagan memoria, si no. El pasado viernes solicitaba una vistilla de medidas cautelares para pedir el ingreso en prisión de Urdangarin y Torres, ya que, según él, la gravedad de las penas impuestas “implicaba incierto riesgo” de fuga. “La gravedad de las penas ya implica un cierto riesgo, con lo que se deben adoptar las medidas necesarias para minimizar el riegos”, afirmó. Esta semana su actitud era ya muy otra y de la prisión incondicional por riesgo de fuga ha pasado a la libertad bajo fianza. “No descarto la posibilidad de una prisión preventiva con fianza, con lo cual el mero depósito de la fianza excluiría la prisión”, matizó Horrach.
Ahora la preguntita. ¿Hubiera hecho lo mismo este magnífico fiscal por un ciudadano raso como nosotros, sin exduquesados ni distinciones ni tratamientos de Excelentísimo señor? O mejor aún, ¿lo hubiera hecho por la señora del “mamahuevo”? Piensen mal y acertarán. Y ahora griten conmigo: “¡Viva la división de poderes y el Estado de derecho!”
Condenado blanco casado busca…
¡Pero tengamos fe en la Justicia! Aún nos queda la esperanza de que el Ministerio Público actúe de forma similar a otros procedimientos de corrupción política, en los que existía riesgo supino de fuga. ¿Y acaso Iñaki Urdangarin no es millonario? ¿Acaso no tiene residencia en Nueva York y Suiza, y muchas influencias para salir de España con pasaporte falso? Lo coherente sería entonces que entrara en prisión de forma inminente y de la manita de su exsocio, Diego Torres. En ese caso podría elegir prisión. Quizá le interese saber lo siguiente.
Lo primero que tendría que hacer el exDuque de Palma sería buscar prisión y personarse en ella voluntariamente (“Buenos días, venía a quedarme”. “Ah, muy bien. ¿Cómo se llama usted?”). Allí le harían las fotos de frente y perfil sosteniendo un cartelito con su nombre y un número y se le tomarían las huellas. Lo que vulgarmente se conoce como tocar el piano. Tras rellenar el impreso de admisión, sería cacheado (tal vez con guantes de látex), se le retiraría el smartphone, la tablet y todas aquellas chucherías no autorizadas y luego se le leerían sus derechos y obligaciones (“Tiene usted derecho a pasear por el patio tres veces al día, a dos llamadas de teléfono a la semana y a un vis a vis al mes…”). Pasaría cinco días en una celda del “módulo de ingresos”, donde un facultativo lo palparía y tasaría. Y después entraría en el “módulo de respeto”, donde realizaría labores de limpieza de las zonas comunes (pasillos, letrinas) y podría elegir destino. Es decir, actividad, taller o curso formativo en el que ocupar su tiempo “libre”, por decirlo de alguna manera.
Se postula como posible alojamiento del exbalonmanista, la cárcel de Zaballa en Vitoria o la de Pamplona, por ser las más cercanas a las residencias de sus familiares directos (padres y hermanos), ya que la Infanta seguiría viviendo en Suiza. Son prisiones modernas, limpias y poco ocupadas, que permitirían a Urdangarin disfrutar de loft individual y retrete propio. Sin embargo el número de etarras es bastante elevado. Otras opciones que se barajan son las cárceles de Soria, Segovia y sobre todo Badajoz, por estar cerca de la residencia portuguesa de la Infanta. Además sería el único consuelo de Iñaki ante la falta de bufet libre. El bufet mensual de la Infanta.
Sin embargo, es casi seguro que Urdangarin no pise la cárcel. Mañana se sabrá.
Imagen de portada: http://ecoteuve.eleconomista.es/ecoteuve/prensa/noticias/4745980/04/13/La-foto-de-ABC-que-convirtio-en-preso-a-Inaki-Urdangarin-en-el-ano-2000.html