Cine: mujeres en prisión

No es factible establecer una lista de películas sobre las experiencias femeninas en las cárceles. Sería obviamente  incompleta, pero sí es posible una cierta aproximación comenzando por el cine clásico en el que sobresale un título: Sin remisión (1950), de John Cromwell con guion de Virginia Kellog y Bernard Schoenfeld que será nominado al Oscar, en un momento en el su nombre figuraba por sus ideas avanzadas en una peligrosísima “lista negra” dentro de la temible “caza de brujas”. Sin remisión aunaba su maestría como director de actrices (la película consagró a Eleanor Parker) con una vena de cine realista a la hora de describir la sordidez de la cotidianeidad carcelaria gracias a un testimonio de primera mano que incide sobre todo en las tentativas de deshumanización practicada por las autoridades. Son las propias presas las que aplicaran finalmente la justicia contra unas guardianas que les niegan su categoría de personas.

El tema de las prisiones femeninas ya había abordado parcialmente por Cromwell en una lejana adaptación de Sinclair Lewis, Ana Vickers (1933). Caged fue un considerable éxito, y demostró que Cromwell se encontraba en su mejor momento, su retrato es extremadamente riguroso, una crónica llena de convicción, de ahí que al año después realizara Prisionera de su pasado (o Libertad bajo fianza). Hay que decir que esta veta de cine carcelario de mujeres fue significativamente, explotada en numerosos subproductos en los que el “gancho” radicaba en las relaciones homosexuales entre las presas con la complicidad de las guardianas cuyo sadismo  represor escondía pasiones inconfesables.

Entre las producciones europeas destacaría en la olvidada Infierno en la ciudad (1958), con dos señoras de la talla de Anna Magnani y Giulietta Masina que sostienen este abigarrado retrato del universo femenino en una cárcel de mujeres italiana situada en el centro de Roma a unos centenares de metros del Vaticano, donde la rivalidad, el abuso de poder y la intimación es el pan de cada día. Esta somera lista podría cerrarse con un par de referencias hispanas temáticamente apasionantes.

La primera es Carne apaleada (1978), torpe adaptación de Javier Aguirre de la interesante obra autobiográfica de Inés Palou (Lérida 1923-Barcelona 1975), que publicó Planeta, y a la que interpreta con mucha convicción Esperanza Roy. No se trata de una película despreciable como tantas otras del “autor”, es una de las primeras que aborda la situación de las cárceles de mujeres bajo el tardofranquismo (una parte de las presas son “políticas”), y aborda la cuestión de la homosexualidad femenina con un poco de rigor.

La segunda, Entre rojas (1994), representó un notable debut de Azucena Rodríguez, que fue también autora también del guión y que se aproxima con sensibilidad  al universo carcelario femenino por la misma época en la Yeserias, Madrid, allá por 1974,  visto en éste caso desde el punto de mira de una presa apolítica (Penélope Cruz) que ha caído en el “talego” por guardarle al novio una maleta llena de propaganda clandestina, y allí se encuentra con grupos de mujeres muy diferentes, pero en especial con las más militante. Azucena crítica a veces la estrechez y sectarismo de las más “partidarias”, al tiempo que ofrece una sentida evocación de la apasionada resistencia del colectivo militante. La cárcel será aquí el escenario de una toma de conciencia: la muchacha “pija” con unos padres cretinos, hasta el punto de sacrificarse para que otras se pueden escapar.

Citamos algunos casos, pero es posible encontrar una filmografía abundante que merecería sus estudios y sus espacios de debate. Sobre todo, considerando todo lo que plantearía una lectura feminista de la experiencia. Una lectura perfectamente asequible para cualquier actividad crítica que sepa aprovechar todo el potencial que contienen el mejor cine sobre la cuestión…

Pd. No he encontrado manera de incluir algún cartel de las películas mencionadas.

NOTICIAS ANTICAPITALISTAS