Consejos populares en Guerrero, alternativa a la simulación democrática mexicana

Con el cobarde ataque en contra de estudiantes procedentes de la Normal Rural de Ayotzinapa en Iguala, Guerrero, el pasado 26 de septiembre, dio inicio un amplio movimiento social que tiene epicentro en el estado de Guerrero.
Aunque en otros estados de la república se han dado fuertes manifestaciones exigiendo la aparición con vida de los 43 estudiantes desaparecidos y castigo a los culpables, es en Guerrero donde con mayor fuerza se han dado las movilizaciones. A diferencia de otras localidades, en este estado se ha dado la participación de numerosos sectores populares, estudiantes, maestros, organizaciones sociales y campesinas, policías comunitarias, y el fenómeno más interesante, la participación de comunidades enteras que han llenado el vacío de poder en diversos municipios, ejerciendo de facto el poder popular.

No es por supuesto la primera vez que ocurre en la historia del país; en Chiapas, las últimas dos décadas los zapatistas ejercen un autogobierno al amparo del alto al fuego y los malogrados acuerdos de San Andrés; en Oaxaca, en 2006, principalmente en la capital se dio una situación de dualidad de poderes, por un lado el gobierno estatal, a salto de mata, y por el otro la APPO (Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca), que ensayó una alternativa que no llegó a fructificar; un fenómeno distinto se da en los amplios territorios donde no hay más gobierno que el del narco, casi siempre con gobiernos municipales coludidos o que simplemente forman parte de los cárteles.

En Guerrero, la violencia del crimen organizado forzó la aparición de las policías comunitarias como método de autodefensa; de la misma manera como la tradicional corrupción de las autoridades municipales y estatales forjaron la fortaleza de las organizaciones populares guerrerenses.

La reciente embestida del gobierno federal en contra del magisterio, enfocó sus baterías hacia los normalistas, en Guerrero, provocó el asesinato y desaparición de decenas de ellos, desatando la mayor crisis social y política del sexenio, con repercusiones de nivel nacional e internacional. El cuento de hadas que desde Los Pinos se difundió con el apoyo de la totalidad de la clase política y la plana mayor de la burguesía mexicana, mediante el pretencioso Pacto por México, acabó, paradójicamente, desaparecido y enterrado en una fosa común, la misma que contiene todas las corruptelas y demás crímenes a que el Estado mexicano nos tiene acostumbrados.

Pero además la actuación de los distintos grupos políticos permitió mirar con claridad la complicidad existente entre estos: Narcos peleando por el control del territorio; presidentes municipales corruptos o coludidos preocupados por buscar el siguiente escaño; autoridades federales cuyo único interés es mantener la paz social a cualquier costo, mientras continúan la venta de los recursos del país al mejor postor; priistas, perredistas, panistas, -MORENA con López Obrador que no sabe sino declarar deslindes por doquier-, han dejado en claro que los colores y la supuesta postura política que dicen mantener no es sino una fachada, en el fondo son los mismos y buscan más de lo mismo, vivir del presupuesto y administrar el país para que los Azcarraga, los Slim y similares, puedan seguir enriqueciéndose a costa de los trabajadores.

Pero frente a este atroz panorama, se alza la organización, al menos 28 (también se maneja la cifra de 35) de los 81 ayuntamientos de Guerrero han sido tomados por organizaciones agrupadas en el Movimiento Popular Guerrerense (MPG), y en tres de ellas, de manera clara (en otros dos municipios también se ha puesto en marcha el mismo proceso), se han integrado consejos populares; en Ayutla de los Libres, Tecoanapa y Tlapa, se ha instalado el poder popular.

La inhabilitación de las autoridades electas cuya complicidad con grupos del crimen organizado está mas que probada, ha sido una necesidad; como también lo será impedir la celebración de elecciones, algo totalmente innecesario, pues como bien se menciona, sin distingo de colores partidistas, todos son lo mismo. Mientras que los consejos populares no responden sino a su propio pueblo, los elementos partidistas que concurren a cargos de elección, responden o a el narco o intereses políticos y económicos que nada tienen que ver con los intereses del pueblo.

El ejemplo que se da con la conformación de consejos populares en el marco de la actual coyuntura, rebasa los límites del estado de Guerrero, en cada barrio y cada pueblo, a lo largo y ancho del país, puede y debe aprovecharse este ejemplo, que sirve para crear conciencia de que el poder emana, puede y debe ser ejercido por el pueblo, y no por la plutocracia gobernante, además de contribuir a socavar la legalidad democrática burguesa, que corrompida y sumida en continuas crisis, solo puede mantenerse a flote mediante el terror, tal y como lo demuestra la desaparición de los 43 compañeros normalistas de Ayotzinapa y la continua campaña de linchamiento mediático y represión, en contra de los compañeros de la disidencia magisterial (CNTE).

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