Democracia líquida y “el clan de los milongueros.”

Por Nacho Ezquerro

 

La alternativa igualmente popular de

recurrir a métodos neotribales como la búsqueda de chivos expiatorios

o la intolerancia militante -la salida de la política para retirarse tras los

muros fortificados de lo privado- ya no resulta atractiva y, sobre todo,

ha dejado de ser una respuesta adecuada a la verdadera fuente de la afección.”

                                                               MODERNIDAD LIQUIDA – ZYGMUNT BAUMAN

El uno te cuenta que sacará a Franco de la Sierra, y luego se percata de que es peor el remedio que la enfermedad. A un paso estuvo de plantárnoslo aquí en pleno Centro de Madrid. El otro nos hablaba de tomar el cielo por asalto, y ahora se compró un chalet y se dedica a cuidar sus hijos y a montar programas de TV financiado por Irán. El otro,  maquilla su Currículo para darle más “cache” y con un morro que se lo pisa exige a los demás lo que él no se aplica a sí mismo. Y el cuarto, no se sabe aún de que va, porque hoy te dice un Sí rotundo, como mañana te cambia el guión y te dice que No. España está colgada de cuatro trileros, y lo peor de todo, es que hay gente que los vota. Y lo dejamos ahí, porque aburre seguir hablando de los exponentes más significativos de la política española. Sin mirar a los ex presidentes, ni tocar el buen negocio nacionalista. Es para mirárnoslo.

Si miras por la derecha y más a la derecha, nos encontramos con representantes que tienen intereses personales y acuerdos a oscuras con capitales iraníes, que a su vez financian partidos políticos y,  desconocemos las contrapartidas que eso supone, en el caso de que estos partidos muerdan poder. ¿A cambio de qué? Si sigues mirando e interrogándote, descubres  relaciones con grupos económicos vinculados a la medicina o sanidad, de allí, ese reiterado interés en privatizar hospitales y privatizar la jubilación. En el parlamento español, no se necesitan lobbies, los propios diputados defienden intereses de iraníes, bufetes, oligopolios, monopolios, grupos mediáticos, laboratorios.  Al tener la opción de dedicarse a intereses particulares, esos intereses en ocasiones se cruzan por accidente con ayudas estatales o financiación. Asimismo descubres que cuando la justicia se promulga, es para salvaguardar los intereses de la banca, que se arma un revuelo que dura unos días, y luego todo queda dormido. Como si nada hubiera pasado, pero pasó. El calentón mediático se apaga y todo sigue igual. Resulta sospechosa  la extraña falta de atención por parte de los medios públicos y privados para continuar investigando acerca de estos hechos. Se suben arriba de la noticia del día, la cabalgan, la explotan, la rentabilizan,  y lo que ayer eran titulares a toda página, pasa al absoluto olvido. El caso Pujol, quedó en la nada. La esposa de Bárcenas sigue en la calle. Hay más inviolabilidades en España, de las pocas que conocemos. Entre unos y otros esconden sus miserias. Los aforados ya no suponen un problema. El Senado no sirve para nada, pero los salarios se cobran perfectamente. Puigdemont cobra su salario.  La justicia se desentiende de ella misma,  y  se pone a las rodillas voluntariamente de los poderes de facto, banca, gobierno, poderes parlamentarios y todo sigue igual. Luego, un ministro de justicia en la televisión, y ante las preguntas de los periodistas, se le retuerce la cara para acomodar su discurso a una realidad  inventada. Aquí,  no hay ningún problema. Y amenaza, cuidado con quién se atreva a poner en tela de juicio la gestión de la justicia. A su vez, los partidos, de todo el arco político, se entretienen entre ellos lanzándose frases de ataques partidarios o sugiriendo aterradoras políticas del adversario en caso de gobernar,  -ya no hablan de sus propias iniciativas-, sino de lo mal que lo harán los otros, situación  que los mantiene en un permanente estado de inacción. Montando un teatro dramático que luego los medios, se encargarán muy bien de propagar con IVA incluido. Si era una ocurrencia, lo presentaremos como un mandamiento. Salarios de por medio, aducen todos razones de indignación contra otros, además de sus peloteras internas para hacer,  nada. El pescado sin vender, señores. Están en el parlamento y el senado, y en la ciudadanía se producen arcadas cuando observan ese teatro para no hacer nada, prometiendo hacer de todo. De todas formas, si el líder del Partido Popular, es un tipo que enriqueció su CV con mentiras respecto de formación reglada y el partido lo acepta,  y el país lo acepta, ya sabemos los sapos que estamos dispuestos a tragarnos a conciencia. Luego, no vale quejarse.

Los extremos se tocan en Irán

Si miramos por la izquierda, nos encontramos con medios iraníes que financian los programas de los Podemitas, de Pablo Iglesias –“Pues porque la geopolítica es así”-en concreto, y tampoco sabemos qué intereses tienen en financiar a un señor que está cuidando a sus hijos en casa, mientras la revolución puede esperar, así como tomar el cielo por asalto. Y en lugar de defender los intereses de los españoles. ¿Acaso no se sentirán estafados los podemitas por este nuevo NeoPeronismo a la española, comandado por un Perón y una Evita, que dibujan el camino de un partido, ya no desde Puerta de Hierro, pero si desde la vista alejada del pueblo como es la Sierra Madrileña. Él, está, como me decía un podemita, cuidando su chalet,  y pensando en pasar  tres legislaturas en esa oposición blandiblú haciendo pasta con programas informativos, pero poco hace como diputado por representar los intereses de sus votantes. Lo de Errejón termina siendo una imperiosa alternativa de sobrevivencia del partido que fundó, frente a la  buena vida que se da Pablito. ¿Quién te ha visto y quién te ve? Desde los tiempos de Telek, a ser financiado por capitales iraníes. Sino, observemos la foto actual del partido Podemita. Esos 5.000.000 de votos desaprovechados, fue una noche de verano. La desbandada ya empezó. Sin embargo habrá gente que los vote.  Vivimos plantados en cierta irresponsabilidad cívica, votando más con las tripas, la venganza, lo acomodaticio,  que con el cerebro o el sentido común. Un diputado o un senador debería dedicarse en exclusiva a su labor como representante público, y en el caso de que quiera ser una figura mediática, debería cambiar de ocupación. O se es diputado y se entregan a la causa que dicen defender, o que se dediquen a sus bufetes, programas o negocios personales. Si seguimos en la izquierda, nuestra apertura ocular no da de si, para observar como nuestro presidente desvaría entre lo que dijo antes y lo que dijo después. Practica el juego de roles, y cambia de forma de pensar, con absoluta soltura facial. Un diputado, haciendo lobby dentro del parlamento es una aberración que debería terminarse. Perplejidad es una palabra que se queda escasa, ante la impunidad de un señor que decía representar al 15M, para luego comprarse un chalet en la sierra y plantarse cómodamente en la banca y ver pasar el tiempo. En verdad, desde nuestra condición de votantes, deberíamos ser los primeros en auditar la labor de los representantes parlamentarios, ya que han demostrado muchos de ellos, entrar en política para forrarse, cumplir sus sueños mediáticos personales, enlazar con empresas para beneficiarlas a  cambio de luego, recibir comisiones, mordidas o puestos jerárquicos. La izquierda española, más allá del palabrerío mediático, está perdida en su propio laberinto y eso es porque hay personajes que lideran partidos que están más por si mismos que un país más justo y mejor. Suponemos que  los Podemitas dejaran en algún momento de ser tan sumisos a las instrucciones de su líder para buscar alguien que sea más coherente entre su guión parlamentario y su actividad política.

Si miras por el centro, nos encontramos con la ambigüedad, con el mismo dondedigodijedigodiego, pero que sirve para hacer de bisagra política y morder poder. Representan la duda existencial del ser humano, se planta en el ser o no ser, y conforme pasen los días, hoy te votan un SI, como mañana un NO y un más o menos si pueden. Formula que ha funcionado, porque hay muchos españoles que han llegado, gracias a la inoperancia de la «clase» política a no saber  si «No es No» o «No, es= te vamos a dar» con lo cual, viven en la duda de si, los extremos derecha son buenos y los extremos izquierda son terroristas. Y más, cuando tanto a unos como a otros, los financian iraníes. Y los líderes, tanto unos como otros, se percibe que lo que más les interesa en acomodar su  trasero en ese teatro nacional que es la política española. Que luego se defienden entre sí,  muy corporativo todo ello, es verdad. Desde cuando un estafador te ha dicho la verdad. Y, ahí es donde queremos llegar: en tanto y cuanto la clase política no comience de una vez por todas a trabajar con responsabilidad en política, abren la puerta a advenedizos que, conforme la actual situación de la política nacional, amplíen es espectro de promesas sin cumplir y además los voten. Porque si es por mentir, que no quede.

Medios de Comunicación de idiotas.

El efecto redes, todo el mundo hipnotizado con el móvil en las manos, ha generado un efecto información líquida, fácil de tragar, y fácil de evacuar, logra por tanto esa sensación de estar informado de basura. Los diarios, en sus portadas, tanto  venden una noticia, como un coche, un viaje a Berlín, o un préstamo, con lo cual te tragas un Tsunami, las ofertas de Grandes Tiendas, como el asesinato en masa en algún pueblo perdido y la suba de la luz, en la misma pasada. En Radios, cortar una entrevista para saltar al corte de Grandes Tiendas, es de lo más normal. Ver a un periodista estrella, vendiéndote sopa o seguros, es una manera de -además de desvirtuar el periodismo-, dar por tierra con el sentido de qué es noticia o qué no lo es. En televisión, el tan anhelado cambio en la TV1, se ha reducido a la continuidad de programas de cocineros, grandes y pequeños, música, todos programas ómnibus. Si bien cuenta con un presupuesto importante, el nivel informativo sigue tan chato como siempre. Elegantes corresponsales en exteriores, muy guapos todos ellos, pero de investigación periodística no hablemos. Es hora ya de empezar a ayudar a nuestra clase política a pisar tierra firme y eso ha de hacerse, retirándoles ese halo de endiosamiento por parte de los medios y de la propia ciudadanía. Pero la pregunta es ¿Existe intención en hacerlo? En principio no. Ya que todos hacen caja.

Los medios informativos públicos o privados, al candor del poder, no hacen sino repetir, polemizar con el equipo fijo de tertulianos, las ocurrencias que dicen nuestros representantes, analizándolas, durante el día, hasta cuando cambié de idea el político a una nueva ocurrencia, para volver a defender las sandeces que dicen. Los tertulianos, clan de periodistas emparentados con partidos políticos y sus medios afines,  representan el enlace o la portavocía permanente de los partidos en los medios, son un clan de treinta personas un poco más un poco menos, que desfilan de forma permanente por las radios, televisiones y medios. Lo del periodismo independiente, es una utopía. Todo esto, con la consabida catarata de dineros, sueldos, comisiones, financiaciones, publicidades institucionales que se mueven por detrás. Han hecho de la política en general, una cloaca que cuenta con sus pequeños reyezuelos, una corte de tertulianos/periodistas que deambulan por diferentes radios, televisiones y medios para defender las inmensas bobadas que dicen sus mentores políticos. Han estudiado la carrera de periodismo para ser  simples correveidiles mediáticos.

La opinión pública esta encadenada a la información que brindan los medios, y los medios solo dan cabida a las manifestaciones de una clase política incapaz de dialogar entre sí, que es para lo que reciben sus salarios y privilegios.  Hay que cambiar y ampliar los puntos de vista, sino, asistimos a una información circular, que no se enriquece y se enroca en una visión de burbuja parlamentaria. De esa mentira que llaman Senado (ahora esta hibernando), no tiene sentido gastar palabras. Es necesario ampliar la visión, dando  cabida a intelectuales,  independientes, población universitaria, científicos y obreros, inmigrantes y su participación en la opinión pública. La clase política, se ha auto precarizado y descalificado por sí misma, no saben hacer su trabajo. Alguien lo tiene que decir. Se han olvidado de la ciudadanía, se han acomodado en sus bancas, sus culos gordos y fofos, no los dejan salir de su zona de confort y, si es por ellos, la legislatura,  que dure toda la vida.

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